jueves, 29 de mayo de 2014

PARA ENTENDER LAS RESISTENCIAS DEL MUNDO INDIGENA

29-05-2014

Guatemala
Cuando mayas y campesinos se resisten a seguir muriendo para el desarrollo de los “desarrollados”



Las y los mayas, al igual que otros pueblos aborígenes del mundo, son profundamente silenciosos y acogedores, salvo cuando el dolor es demasiado agudo. La contemplación, que nace de la silenciosa interconexión con el entorno, es el modo de estar permanente de los pueblos mayas, siempre hospitalarios.

Esta mística de la contemplación silenciosa, fue y es estigmatizada por muchos como indolencia, indiferencia y resignación maya. “Pensadores” guatemaltecos, en su limitación mental y su obsesión por el “progreso”, catalogaron aquellas y otras virtudes milenarias como vicios biológicos y culturales a aniquilar. Incluso el Estado blacoide etnofóbico emprendió políticas fallidas de asimilación y aniquilación, vía eugenesia y genocidio, siempre en nombre del progreso y de la modernización.

Durante la invasión y la Colonia española, los pueblos mayas no prestaron mayor resistencia. Sus filosofías de vida, centradas en la no apropiación y en la hospitalidad, permitieron que los foráneos habitados por el dios del metal invadieran sus territorios. Martínez Peláez, en su obra “Motines indios”, habla de algunos amotinamientos locales de pueblos indios (mayas) en contra de los abusos exacerbados durante la Colonia, sin mayor trascendencia.

En aquel período, para asegurarse el cobro del quinto real, y mano de obra disponible para las haciendas de los invasores, la Corona estableció reducciones de pueblos indios (más de 700 pueblos, dice Martínez Peláez). Dichos pueblos de prisioneros para trabajos forzados y para el adoctrinamiento religioso, contaban con tierras comunales para convivir y cultivar.

Durante la República criolla, en palabras de Martha Casaús, el racismo fue asumido como una tecnología del poder, al límite de aplicar sistemáticamente el genocidio, en la década de los 80 del pasado siglo, para aniquilar genética y culturalmente a los pueblos mayas. La élite gestora del Estado etnofático habría promovido la guerra interna con la finalidad de blanquear Guatemala: aniquilar por completo a los pueblos mayas, apropiarse de todos sus bienes y establecer un moderno sistema capitalista sobre las cenizas de los pueblos aborígenes. Pero, no pudieron. Los pueblos indígenas sobrevivieron a la guerra interna y a los incumplidos y paralizantes Acuerdos de Paz (1996).

Durante la Colonia y la República, los pueblos mayas “aceptaron” la titulación individual de las tierras, los sistemas educativos colonizantes, los adoctrinamientos cristianos, los servicios militares obligatorios, la infotoxicación de los medios masivos de información y la “democracia” inmoral de los patrones. Dicha “aceptación” sólo fue una estrategia de sobrevivencia. Una especie de autismo maya. En el fondo, estos pueblos milenarios siguieron creyendo en el corazón del Cielo y corazón de la Tierra.

En los últimos años, cuando se creía que en Guatemala la Vida había perdido la batalla final ante la muerte neoliberal, las comunidades indígenas y campesinas simultáneamente se declararon y se declaran en resistencia y le hacen frente a la violenta invasión del capitalismo herido. En diferentes rincones del país se organizan resistencias pacíficas y permanentes para rechazar e impedir el paso a las maquinarias y operadores de las empresas hidromineras. En 298 municipios del país (de los 336) indígenas y campesinos se declararon en resistencia (se resisten a pagar el consumo de energía eléctrica por los cobros abusivos) exigiendo la nacionalización de este servicio. Estas resistencias, por momentos, inundan con sus movilizaciones las calles de las principales ciudades, aunque la prensa empresarial y pro oligárquica tiende a minimizarlos.

Justo cuando se creía que todo estaba perdido en Guatemala, indígenas y campesinos excluidos y expoliados en sus cuerpos y bienes, encienden luces de esperanza y dignidad en esta casi petrificada oscuridad neoliberal. La Puya es una de ellas.

Pero, estos actos estoicos de resistencia, provenientes desde la Guatemala profunda, son aún ignorados por muchos académicos y organizaciones de derecha e izquierda. Quizás porque aún no creen que de la irredenta Guatemala maya puede salir algo bueno. Lo cierto es que en este país de la muerte y saqueo, donde cada instante de vida es casi un acto de fe, indígenas y campesinos se constituyen en la reserva moral y en el baluarte activo de la dignidad de todo un pueblo que se resiste a morir.

Campesinos e indígenas mayas saben, por experiencia propia, que los mitos de la prosperidad, el desarrollo infinito y la inversión privada para el desarrollo del pueblo son sólo eso. Leyendas rentabilizadas por los mismos de siempre. Por eso, ahora, desde sus silencios activan la inédita resistencia simultánea en diferentes puntos del país porque el pulso del corazón del Cielo y del corazón de la Tierra desfallece. Y, una vez más, muchos profesionales, intelectuales, analistas, académicos, universidades, ONGs, etc., se quedan en la zaga estupefactos sin creer lo que ven. Quizás porque no creen que indígenas y campesinos pueden ser sujetos. O quizás porque esta realidad supera los conocimientos aprendidos en las universidades colonizantes. Lo cierto es que esta resistencia social avanza sin libretos, ni guiones para transformarse en una fuerza política. 


STIGLITZ ADVIERTE: ADOPTAR EL ESTILO DE VIDA MATERIALISTA DE ESTADOS UNIDOS SERIA UN DESASTRE

29-05-2014

China
Un equilibrio delicado

Revista Debate


En pleno proceso de reestructuración de la economía, China enfrenta el desafío de volver a definir el papel del Estado y el mercado.

Ningún país en la historia ha crecido tan rápido, ni ha sacado a tantas personas de la pobreza, como China lo hizo durante los últimos treinta años. Un sello distintivo del éxito de China ha sido la voluntad que tienen sus líderes para revisar el modelo económico del país, cuándo y en la forma en que sea necesario, a pesar de la oposición de poderosos intereses creados. Y ahora, a medida que China implementa otra serie de reformas fundamentales, tales intereses ya se están alineando para oponer resistencia. ¿Podrán triunfar nuevamente los reformadores?

Para responder a esta pregunta, el punto crucial a tener en cuenta es que, como en el pasado, la actual ronda de reformas reestructurará no solamente la economía sino también los intereses creados que darán forma a las futuras reformas (e incluso irán a determinar si dichas reformas van a ser posibles). Y hoy en día, si bien iniciativas de alto perfil -como, por ejemplo, la ampliación de la campaña contra la corrupción del gobierno- reciben mucha atención, el tema más profundo que China enfrenta es el relativo a los papeles apropiados para el Estado y para el mercado.

Cuando China inició sus reformas hace más de tres décadas, la dirección estaba clara: el mercado tenía que desempeñar un papel mucho más importante en la asignación de recursos. Y así ha sido, ya que el sector privado ahora es mucho más importante de lo que fue antes. Es más, existe un amplio consenso acerca de que el mercado tiene que desempeñar lo que las autoridades denominan un “papel decisivo” en muchos sectores donde las empresas de propiedad estatal (EPE) dominan. Sin embargo, ¿cuál debería ser su papel en otros sectores, y en la economía en general?

El empeoramiento de la contaminación del medio ambiente, por ejemplo, pone en peligro el nivel de vida, mientras que la desigualdad en los ingresos y la riqueza ahora rivaliza con la que se registra en Estados Unidos y la corrupción permea las instituciones públicas y el sector privado por igual. Todo esto socava la confianza en la sociedad y el gobierno -una tendencia que es particularmente evidente en el caso de, por ejemplo, la seguridad alimentaria.

Tales problemas podrían empeorar a medida que China reestructure su economía, alejándola del crecimiento impulsado por las exportaciones y llevándola hacia un crecimiento apoyado en los servicios y el consumo de los hogares. Claramente, hay espacio para el crecimiento en el consumo privado; sin embargo, adoptar el estilo de vida materialista despilfarrador de Estados Unidos sería un desastre para China y para el planeta. La calidad del aire en China ya está poniendo las vidas de las personas en situación de riesgo; el calentamiento global proveniente de emisiones de carbono aún más altas en China amenazaría al mundo entero.

Hay espacio para el crecimiento en el consumo privado; sin embargo, adoptar el estilo de vida materialista despilfarrador de Estados Unidos sería un desastre para China y para el planeta.
Existe una mejor estrategia. Para empezar, el nivel de vida chino podría aumentar si se asignaran más recursos para corregir grandes deficiencias en los ámbitos de la educación y la atención de la salud. En estos ámbitos, el gobierno debería desempeñar un papel de liderazgo, y los gobiernos lo hacen verdaderamente en la mayoría de las economías de mercado, por buenas razones.

El sistema de salud de Estados Unidos que se basa en servicios privados es costoso, ineficiente y logra resultados mucho peores que los sistemas de los países europeos, que gastan mucho menos. Un sistema que se basa más en el mercado no es el camino por el que China debería desplazarse. En los últimos años, el gobierno ha dado pasos importantes en la prestación de atención básica de salud, especialmente en las zonas rurales, y algunos han comparado el abordaje de China con el del Reino Unido, donde la prestación privada de servicios de salud se encuentra ubicada una capa por encima de una base pública. Si dicho modelo se considerara como mejor que, por ejemplo, el modelo francés de prestación de servicios de salud, que es dominado por el gobierno, podría ser objeto de debate. Sin embargo, si se adopta el modelo del Reino Unido, el nivel de la base es lo que marca la diferencia; debido al papel relativamente pequeño de la prestación de servicios de atención de salud privada en el Reino Unido, el país cuenta con lo que esencialmente es un sistema público.

De igual manera, a pesar de que China ya ha hecho progresos en cuanto a alejarse de una economía basada en la manufactura, desplazándose hacia una economía basada en los servicios (la participación en el PBI de los servicios superó a la participación de la manufactura por primera vez en el año 2013), todavía queda un camino largo por recorrer. Al momento, ya muchas industrias están sufriendo de un exceso de capacidad, y su reestructuración eficiente y sin problemas no será fácil si no cuentan con la ayuda del gobierno.

China está reestructurándose de otra manera: una rápida urbanización. Cerciorarse de que las ciudades sean habitables y sostenibles medioambientalmente requerirá de fuertes medidas del gobierno para prestar suficientes servicios de transporte público, escuelas públicas, hospitales públicos y parques, como también de una zonificación efectiva, entre otros bienes públicos.

Una lección importante que se debería haber aprendido de la crisis económica mundial posterior al año 2008 es que los mercados no se autorregulan. Son propensos a la formación de burbujas de activos y de crédito, que inevitablemente colapsan -a menudo lo hacen cuando los flujos de capitales transfronterizos revierten abruptamente la dirección en la que fluyen- imponiendo costos sociales enormes.

El enamoramiento estadounidense con la desregulación fue la causa de la crisis. El problema no solamente consiste en la determinación del ritmo y la secuencia de la liberalización, como algunos sugieren; el resultado final también es importante. La liberalización de las tasas de depósito condujo, en la década de 1980, a la crisis de ahorro y préstamo estadounidense. La liberalización de las tasas de préstamo alentó a un comportamiento depredador que explotaba a los consumidores pobres. La desregulación bancaria no condujo hacia un mayor crecimiento, sino sencillamente hacia un mayor riesgo.

Se tiene la esperanza de que China no vaya a tomar el camino que siguió Estados Unidos, con consecuencias muy desastrosas. El desafío para los líderes chinos es diseñar regímenes reguladores eficaces que sean apropiados para su etapa de desarrollo.

Eso requerirá que el gobierno recaude más fondos. Hoy en día, la dependencia de los gobiernos locales en la venta de tierras es una fuente de muchas de las distorsiones de la economía y también de gran parte de la corrupción. En lugar de ello, las autoridades deben aumentar los ingresos mediante la imposición de gravámenes ambientales (incluyendo un impuesto sobre el carbono), un impuesto progresivo a los ingresos que sea más integral (incluyendo un impuesto sobre las ganancias de capital) y un impuesto a la propiedad. Por otra parte, el Estado debe apropiarse, a través de dividendos, de una mayor proporción del valor de las empresas de propiedad estatal, algunas de las cuales podrían estar a expensas de los ejecutivos de dichas empresas.

La pregunta es si China puede: mantener un crecimiento rápido -si bien algo más lento que su reciente ritmo vertiginoso-, aun mientras tire de las riendas para desacelerar la expansión del crédito que podría provocar una reversión abrupta en los precios de los activos; enfrentar a la débil demanda mundial; reestructurar su economía; y luchar contra la corrupción. En otros países, estos abrumadores desafíos han llevado a la parálisis, no al progreso.

La economía del éxito es clara: un mayor gasto en urbanización, atención de la salud y educación, financiado por el aumento de impuestos, podría sostener el crecimiento, mejorar el medio ambiente y reducir la desigualdad. Si las políticas de China pueden gestionar la implementación de esta agenda, este gigante asiático y el mundo entero estarán en una mejor posición.

Joseph E. Stiglitz. Premio Nobel de Economía y profesor universitario en la Universidad de Columbia.
Traducción: Rocío L. Barrientos.
Copyright: Project Syndicate, 2014.


CRONICA SOBRE LA MUERTE DEL SUBCOMANDANTE INSURGENTE MARCOS

28-05-2014

Galeano vive en cada adherente de La Sexta



Diversas organizaciones, colectivos e individuos adherentes a La Sexta fuimos a la comunidad de La Realidad en Chiapas. Con el objetivo de brindar solidaridad a las bases de apoyo zapatistas (BAZ) ante las recientes agresiones paramilitares, mostrarles que -a pesar de la distancia y de que no convivimos cotidianamente con ellos- el ¡no están solos! no es sólo una consigna, sino un vínculo que se ha fortalecido como aliados que son nuestras organizaciones revolucionarias.

El traslado

La delegación comunista que viajó al acto de solidaridad y homenaje al compañero Galeano estuvo compuesta por 8 camaradas de la Juventud Comunista de México y 9 camaradas del Partido de los Comunistas, José Martínez y Fernando Acosta, secretarios generales respectivamente de ambas organizaciones encabezaron la delegación. La JCM se trasladó al territorio rebelde en la caravana organizada por la Red contra la Represión. Mientras que los camaradas del Partido, de la célula Mártires de Cananea, se trasladaron desde Monclova, Coahuila. El punto de reunión fue en San Cristóbal de las Casas, donde se unieron compañeros de Oaxaca, Chiapas y demás Estados. Por la tarde autobuses y vehículos nos trasladamos en caravana por Comitán y Las Margaritas hasta llegar a Guadalupe Tepeyac, donde llegarían los compañeros zapatistas por nosotros. Fuimos trasladados desde Guadalupe Tepeyac en vehículos de la Junta de Buen Gobierno hasta La Realidad.

Al descender de los vehículos fuimos llevados hasta la sede del Caracol “Mar de Nuestros Sueños”, donde una manta colocada sobre la entrada daba la bienvenida al homenaje del compañero Galeano. Formados, fuimos pasando uno a uno para ser acreditados e instalarnos en el lugar que los zapatistas habían acondicionado. Miles de Bases de Apoyo Zapatistas (BAZ) llegaban poco a poco, muchas mujeres y jóvenes zapatistas recibían a los caravaneros. Algunos BAZ iban despertando, pues habían llegado la noche anterior, unos se acomodaban el pasamontañas al notar nuestra llegada, otros se amarraban el pañuelo rojo al notar que eran enfocados por las cámaras. En la entrada al caracol estaban milicianos zapatistas con su uniforme: camisa café, pañuelo rojo al cuello, pantalón verde, botas y pasamontañas. Otros más resguardaban el tejaban que serviría de templete y los alrededores de la cancha de basquetbol.

BAZ y EZLN muestran su unidad inquebrantable

Mientras nos instalamos y cada quién ubica sus cosas, el Comandante Tacho llega al tejaban para avisar que falta para iniciar el acto, indica que hay tiempo para comer, bañarse o preparase para reportar lo que pase ahí. El templete lo presidían 6 pancartas, que exigían justicia para el compañero Galeano. Una de ellas con la foto del Sub Marcos, contenía un extracto del comunicado “El dolor y la rabia”, donde recalcaba que fue el dolor y la rabia “los que ahora nos hacen calzarnos de nuevo las botas, ponernos el uniforme, fajarnos la pistola y cubrirnos el rostro”. Son las 12 del día, empieza a notarse más movimiento entre los insurgentes, todos portan un moño negro en señal de luto, los BAZ distinguen el caracol del que vienen por otro moño de diferente color. Comienzan a agruparse BAZ en la cancha de basquetbol, corren de un lado a otro, se acomodan el pasamontañas, abrazan a los niños mientras se forman. Una vez llena la cancha, una valla de insurgentes al son de una voz de mando se ubican frente a los BAZ. Una acción sincronizada, marcan el paso y avanzan hacia el frente. El mensaje de esto es simple, resalta el vínculo indisoluble entre los BAZ y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

De fondo empieza a escucharse la canción “Como La Cigarra” en voz de Mercedes Sosa y aparece a caballo el Subcomandante Insurgente Marcos con un parche de pirata en el ojo derecho y fumando su pipa. Saluda a los asistentes. Después irreverente como siempre levanta el dedo medio de la mano izquierda. Más tarde arribó una parte de la Comandancia General del EZLN, también a caballo, saludan militarmente a los BAZ y a los asistentes, para dar paso a la retirada y romper filas. Mientras se reacomodan los insurgentes y los bases de apoyo zapatistas, a través del sonido se escucha la voz del Sub que anuncia el comienzo de Radio Insurgente y manda un especial saludo a los medios libres “independientes, autónomos o como se diga” a quienes se les avisa que “en un rato tendrán internet y que podrán subir sus materiales”. Luego, pasa la voz al Subcomandante Insurgente Moisés quien informa sobre el avance de las investigaciones en torno al asesinato del compa Galeano. Resalta que tienen más claves y pistas sobre quiénes son los autores materiales, menciona que hay mujeres involucradas, como “la que macheteó y la que arrastró el cuerpo”. Posteriormente dice a los asistentes que es necesario recalcar que la lucha de La Sexta es la movilización civil y pacífica, pide que aunque también nos invade la rabia y el dolor ante el ataque paramilitar no se caiga en provocaciones y tampoco se llame al enfrentamiento. Instó a usar la rabia contra el sistema y no “contra estas gentes malas de la cabeza y que no piensan, que sólo quieren cumplir la orden del mal gobierno”. Insistió en que hace tiempo que existen provocaciones y amenazas en este caracol “si ellos provocan, pues que lo hagan ellos, nosotros no, nosotros somos luchadores”. Finalizó su participación advirtiendo: “ellos nos están escuchando y nosotros queremos que nos escuchen porque antes nunca quisieron dialogar” y se refirió a quienes ya fueron testigos de esto como el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.

El SCI Marcos retomó el micrófono avisando que cuando cayera el sol iniciaría la ceremonia de homenaje al compañero Galeano.

Adherentes y BAZ rinden homenaje al compañero caído

Una vez que bajó el sol que cubría la Selva Lacandona, los 4 mil bases de apoyo y cerca de 800 adherentes agrupados en la cancha del Caracol de La Realidad, escucharon el anuncio de que se formaran en columnas para presenciar el homenaje a Galeano juntos. Presidía el evento la Comandancia General del EZLN, para iniciar se cantó el himno nacional mexicano. Sescucharon las siguientes palabras “Venimos a darle homenaje a un compañero sin tamaño ni altura, no venimos a enterrarlo, venimos a desenterrar su ser combativo; venimos a levantarlo en alto en cada niño y en cada niña. Levantar en alto en cada compa su ser maestro, su ser pasante de Consejero Autónomo, candidato a Junta de Buen Gobierno y su ser Sargento”, dijo el Subcomandante Insurgente Moisés en honor del base de apoyo José Luis Solís “Galeano”, asesinado por paramilitares de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) Histórica. Los zapatistas afirmaron que el gobierno pretende destruirlos, pero que ellos no caerán en provocaciones y sí harán justicia.

La dirección político militar del EZLN explicó que solamente pueden intervenir en una comunidad si ésta se los solicita, llamaron a los adherentes a no dejarse engañar por las detenciones hechas por el gobierno estatal, pues no son justicia y buscan apaciguar a la gente. Reiteraron: “La rabia que tenemos es contra el capitalismo, no contra aquellos que son engañados por él”. Señalaron como responsables a Florinda Santis, regidora del Partido Acción Nacional en Las Margaritas; a Luis H. Alvarez, comisionado para la Paz en Chiapas; a Carmelino Díaz López, y a los tres niveles del gobierno, que “piensan que con tomar un Caracol y matar un compañero acaban con la lucha, pero no”.

Reafirmaron su postura ante el mal gobierno de no recibir migajas ni limosnas, de no hablar con malos gobiernos por no confiar en esos “sin cerebros, hoy y siempre no confiamos en esa gente ignorante y estúpida, con manos grandes para robar y sin cerebro para pensar, del partido que sean. Nuestra lucha es por la libertad, por un mundo anticapitalista, y no nos vamos a desviar”. Hicieron una semblanza de las agresiones de la CIOAC Histórica, que ya suman 7 con el asesinato de Galeano. Mencionaron que la CIOAC – H participa en la cruzada contra el hambre que más bien es una cruzada antizapatista, donde sus líderes aprenden a matar y mentir.

“No se vendió, no se rindió, no se venció, Galeano Presente. Desde la Realidad y por la Realidad, no dejaremos que la destruyan, es nuestro compromiso liberar este país, pase lo que pase y venga lo que venga.”, sentenció el Subcomandante Moisés. Después de la lectura del documento central del homenaje, se cantó el himno zapatista y se llamó a visitar la tumba de Galeano. Una fila interminable de compañeros cubiertos con pasamontañas abrazaban la tumba, rodeándola. Muchos con el puño izquierdo levantado y con un saludo militar, cada uno pasó enfrente colocando una piedra en la orilla. La tumba, construida de piedra blanca, estaba rodeada de flores, guirnaldas y muchas velas que la iluminaban. Al llegar se le pregunta a alguien “¿Por qué la piedra, compa?”, responde “Cada persona que se compromete a luchar deja una piedra, porque como Galeano, es un símbolo de resistencia hasta la muerte.”

La noche llega, es notorio el sentimiento de rabia y dolor de quienes ahora viven donde anduvo Galeano en vida. Mientras esto transcurre se nos avisa que el Subcomandante Insurgente Marcos y el Subcomandante Insurgente Moisés brindarán una conferencia de prensa mas tarde.

Nada termina, la lucha continúa

Pasada la medianoche, la lluvia fintaba con dejarse caer en tres ocasiones. Los medios libres se agruparon bajo el templete, una mesa y dos sillas esperaban a los Subcomandantes Insurgentes. El Comandante Tacho anuncia que se han puesto sillas para que los adherentes puedan presenciar la conferencia. El Subcomandante Marcos apareció de madrugada, acompañado de seis comandantes y comandantas del Comité Clandestino Revolucionario Indígena y del Subcomandante Insurgente Moisés.

Al iniciar su intervención señaló que serían sus últimas palabras antes de dejar de existir Marcos y anunció su relevo. Indicó que después de los cursos de la Escuelita Zapatista del año pasado y principios de este, “nos dimos cuenta que ya había una generación que podía mirarnos de frente, que podía escucharnos y hablarnos sin esperar guía o liderazgo, ni pretender sumisión o seguimiento”. Entonces, dijo, “Marcos, el personaje, ya no era necesario. La nueva etapa en la lucha zapatista estaba lista”. “Es nuestra convicción y nuestra práctica que para revelarse y luchar no son necesarios ni líderes ni caudillos, ni mesías ni salvadores; para luchar sólo se necesita un poco de vergüenza, un tanto de dignidad y mucha organización, lo demás o sirve al colectivo o no sirve”, dijo Marcos.

Aún con el parche en el ojo derecho que portaba desde la tarde, el vocero zapatista rememoró la madrugada del primero de enero 1994, cuando “un ejército de gigantes, es decir, de indígenas rebeldes, bajó a las ciudades para con su paso sacudir el mundo. Apenas unos días después, con la sangre de nuestros caídos aún fresca en las calles, nos dimos cuenta que los de afuera no nos veían. Acostumbrados a mirar desde arriba a los indígenas, no alzaban la mirada para mirarnos; acostumbrados a vernos humillados, su corazón no comprendía nuestra digna rebeldía. Su mirada se había detenido en el único mestizo que vieron con pasamontañas, es decir, que no miraron. Nuestros jefes y jefas dijeron entonces: ‘sólo ven lo pequeño que son, hagamos a alguien tan pequeño como ellos, que a él lo vean y que por él nos vean’”.

Ese fue el nacimiento de Marcos, fruto de “una compleja maniobra de distracción, un truco de magia terrible y maravilloso, una maliciosa jugada del corazón indígena que somos; la sabiduría indígena desafiaba a la modernidad en uno de sus bastiones: los medios de comunicación”. Por un momento dejó ver que el parche de pirata era un detalle más, pues mencionó que le estorbaba para la lectura. Continuó: “Difícil creer que veinte años después aquel ´nada para nosotros´ resultara que no era una consigna, una frase buena para carteles y canciones, sino una realidad, La Realidad”, dijo Marcos. Y añadió: “si ser consecuente es un fracaso, entonces la incongruencia es el camino del éxito, la ruta del poder. Pero nosotros no queremos ir para allá, no nos interesa. En estos parámetros, preferimos fracasar que triunfar.” “Pensamos”, dijo, “que es necesario que uno de nosotros muera para que Galeano Viva. Así que hemos decidido que Marcos debe de morir hoy”. Y sentenció “Siendo las 2:08 declaro que deja de existir el Subcomandante Insurgente Marcos, autodenominado el Subcomandante de Acero Inoxidable”.

Terminó de hablar a las 2:10 am, después el Subcomandante Insurgente Marcos bajó del templete, apagaron las luces y comenzó una oleada de aplausos de los adherentes, seguida de una oleada más grande de aplausos de las bases de apoyo zapatistas, milicianos e insurgentes. Acto seguido sólo se escuchó la voz de quien fuese el Subcomandante zapatista: “Buenas madrugadas compañeros, compañeras y compañeroas, yo me llamo Galeano, Subcomandante Insurgente Galeano, me dijeron que cuando volviera a nacer lo haría en colectivo”. Tras la lectura tomó la palabra el Subcomandante Insurgente Moisés: “Lo que les explicamos se verá en los lugares de donde vienen, ojalá que hayan comprendido.” Concluyó.

Así surgieron en medio de este homenaje a Galeano, que ahora vive a través de la lucha a la que tanto aportó, muchas reflexiones entre los que estábamos ahí, la más escuchada fue ¿Ahora que sigue? Lo que sí podemos afirmar es que en medio de tanta basura mediática que se dará por este cambio, no debemos dejarnos llevar por ello. El homenaje al compa asesinado por la CIOAC-H sirvió para demostrar que el EZLN y los pueblos que lo reivindican entran a una nueva etapa en la lucha anticapitalista, muestran una fortaleza enorme tanto en lo ideológico como en lo práctico, en lo cuantitativo y cualitativo. El Sub Marcos, ahora Galeano, ni se enfermó, ni se jubiló, ni lo “quitaron por indicación interna y colectiva”; sólo retoma el nombre de un compañero caído que está presente en miles que enarbolan la mismas demandas planteadas a 20 años de distancia del inicio de la guerra contra el olvido, porque Galeano vive en cada adherente de La Sexta. 

Héctor González es miembro del Partido de los Comunistas..


LA REVOLUCION CIUDADANA EN ECUADOR VISTA POR BOAVENTURA DE SOUSA

28-05-2014

¿La Revolución ciudadana tiene quién la defienda?

Blog Público


Los intelectuales de América Latina, entre los que me considero por adopción, han cometido dos tipos de errores en sus análisis de los procesos políticos de los últimos cien años, sobre todo cuando contienen elementos nuevos, ya sean ideales de desarrollo, alianzas para construir el bloque hegemónico, instituciones, formas de lucha, estilos de hacer política. Por supuesto, los intelectuales de derecha también han cometido muchos errores, pero aquí no me ocuparé de ellos. El primer error ha consistido en no hacer un esfuerzo serio para comprender los procesos políticos de izquierda que no encajan fácilmente en las teorías marxistas y no marxistas heredadas. Las primeras reacciones a la Revolución cubana son un buen ejemplo. El segundo tipo de error ha consistido en silenciar, por complacencia o temor de favorecer a la derecha, las críticas de los errores, desviaciones y hasta perversiones por las que han pasado estos procesos, perdiendo así la oportunidad de transformar la solidaridad crítica en instrumento de lucha.
Desde 1998, con la llegada de Hugo Chávez al poder, la izquierda latinoamericana ha vivido el período más brillante de su historia y tal vez uno de los más brillantes de la izquierda mundial. Obviamente, no podemos olvidar los primeros momentos de las Revoluciones rusa, china y cubana ni tampoco los éxitos de la socialdemocracia europea durante la posguerra. Pero los gobiernos progresistas de los últimos quince años son particularmente notables por varias razones: se producen en un momento de gran expansión del capitalismo neoliberal ferozmente hostil a proyectos nacionales en divergencia con él; son internamente muy diferentes, dando cuenta de una diversidad de la izquierda hasta entonces desconocida; nacen de procesos democráticos con una elevada participación popular, ya sea institucional o no institucional; no exigen sacrificios a las mayorías en nombre de un futuro glorioso, sino que tratan, por el contrario, de transformar el presente de quienes nunca tuvieron acceso a un futuro mejor.
Escribo este texto siendo muy consciente de la existencia de los errores mencionados y sin saber si tendré éxito en evitarlos. Además, me centro en el caso más complejo de todos los que constituyen el nuevo período de la izquierda latinoamericana. Me refiero a los gobiernos de Rafael Correa en Ecuador, en el poder desde 2006. Para empezar, algunos puntos de partida. En primer lugar, se puede discutir si los gobiernos Correa son de izquierda o de centroizquierda, pero me parece absurdo considerarlos de derecha, como pretenden algunos de sus opositores de izquierda. Dada la polarización instalada, creo que estos últimos sólo reconocerán que Correa fue en última instancia de izquierda o centroizquierda en los meses (o días) siguientes a la eventual elección de un gobierno de derecha. En segundo lugar, es opinión ampliamente compartida que Correa ha sido, “a pesar de todo”, el mejor presidente que Ecuador ha tenido en las últimas décadas y el que ha garantizado mayor estabilidad política después de muchos años de caos. En tercero, no cabe duda de que Correa ha emprendido la mayor redistribución de la renta de la historia de Ecuador, contribuyendo a la reducción de la pobreza y al fortalecimiento de las clases medias. Nunca tantos hijos de las clases trabajadoras llegaron a la universidad. ¿Pero por qué todo esto, que es mucho, no es suficiente para tranquilizar al “oficialismo” y convencerlo de que el proyecto de Correa, con o sin él, proseguirá después de 2017 (próximas elecciones presidenciales)?
Aunque Ecuador vivió en el pasado algunos momentos de modernización, Correa es el gran modernizador del capitalismo ecuatoriano. Por su amplitud y ambición, el programa de Correa tiene algunas similitudes con el de Kemal Atatürk en la Turquía de las primeras décadas del siglo XX. Ambos están presididos por el nacionalismo, el populismo y el estatismo. El programa de Correa se basa en tres ideas principales. La primera es la centralidad del Estado como conductor del proceso de modernización y, vinculada a ella, la idea de soberanía nacional, el antiimperialismo estadounidense (cierre de la base militar de Manta; expulsión de personal militar de la embajada de Estados Unidos; lucha agresiva contra Chevron y la destrucción ambiental que ha causado en la Amazonia) y la necesidad de mejorar la eficiencia de los servicios públicos. La segunda, “sin perjudicar a los ricos”, es decir, sin alterar el modelo de acumulación capitalista, consiste en generar con urgencia recursos que permitan llevar a cabo políticas sociales (compensatorias, en el caso de la redistribución de la renta, y potencialmente universales, en el caso de la salud, la educación y la seguridad social) y construir infraestructuras (carreteras, puertos, electricidad, etc.) con el fin de volver la sociedad más moderna y equitativa. En tercer lugar, por estar todavía subdesarrollada, la sociedad no está preparada para altos niveles de participación democrática y ciudadanía activa, que pueden resultar disfuncionales para el ritmo y la eficacia de las políticas en curso. Para que esto no ocurra, hay que invertir mucho en educación y desarrollo. Hasta entonces, el mejor ciudadano es aquel que confía en el Estado, que conoce bien cuál es su verdadero interés.
¿Este vasto programa choca o no con la Constitución de 2008, considerada una de las más progresistas y revolucionarias de América Latina? Veámoslo. La Constitución apunta a un modelo alternativo de desarrollo (e incluso a una alternativa al desarrollo) fundada en la idea de buen vivir, una idea tan nueva que sólo puede formularse correctamente en una lengua no colonial, el quechua: sumak kawsay. Esta idea presenta desdoblamientos muy interesantes: la naturaleza como ser vivo y, por tanto, limitado, sujeto y objeto de cuidado, y nunca como recurso natural inagotable (los derechos de la naturaleza); la economía y la sociedad intensamente pluralistas, orientadas por la reciprocidad, la solidaridad, la interculturalidad y la plurinacionalidad; Estado y política con un carácter altamente participativos, involucrando diferentes formas de ejercicio democrático y de control ciudadano del Estado.
Para Correa (casi) todo esto importante, pero se trata de un objetivo a largo plazo. A corto plazo, y de manera urgente, es necesario crear riqueza para redistribuir los ingresos, realizar políticas sociales e infraestructuras esenciales para el desarrollo del país. La política tiene que asumir un carácter sacrificial, dejando de lado lo que más valora para que un día pueda rescatarlo. Así, es necesario intensificar la explotación de recursos naturales (minería, petróleo, agricultura industrial) antes de que sea posible depender menos de ellos. Para ello, es preciso llevar a cabo una agresiva reforma de la educación superior y una vasta revolución científica basada en la biotecnología y la nanotecnología para crear una economía del conocimiento a medida de la riqueza de la biodiversidad del país. Todo esto sólo dará frutos (tenidos como ciertos) muchos años después.
A la luz de esto, el Parque Nacional Yasuní, tal vez el más rico en biodiversidad del mundo, tiene que ser sacrificado y la explotación petrolera realizada, a pesar de las promesas iniciales de no hacerlo, no sólo porque la comunidad internacional no colaboró en la propuesta de no explotación, sino sobre todo porque los ingresos previstos derivados de la explotación están vinculados a inversiones en curso y su financiación por países extranjeros (China) tiene como garantía la explotación petrolera. En esta línea, los pueblos indígenas que se han opuesto a la explotación son vistos como obstáculos al desarrollo, víctimas de la manipulación de dirigentes corruptos, políticos oportunistas, ONG al servicio del imperialismo o jóvenes ecologistas de clase media, ellos mismos manipulados o simplemente inconsecuentes.
La eficiencia exigida para llevar a cabo tan amplio proceso de modernización no puede verse comprometida por el disenso democrático. La participación ciudadana es bienvenida, pero sólo si es funcional y eso, de momento, sólo puede garantizarse si recibe una mayor orientación del Estado, es decir, del Gobierno. Con razón, Correa se siente víctima de los medios de comunicación que, como ocurre en otros países del continente, están al servicio del capital y la derecha. Trata de regular los medios de comunicación y la regulación propuesta tiene aspectos muy positivos, pero a la vez tensa la cuerda y polariza las posiciones de tal modo que de ahí a la demonización de la política en general hay un corto paso. Periodistas son intimidados, activistas de movimientos sociales (algunos con una larga tradición en el país) son acusados ​​de terrorismo y la consecuente criminalización de la protesta social parece cada vez más agresiva. El riesgo de transformar adversarios políticos, con los que se discute, en enemigos que es necesario eliminar, es grande. En estas condiciones, el mejor ejercicio democrático es el que permite el contacto directo de Correa con el pueblo, una democracia plebiscitaria de nuevo tipo. Al igual que Chávez, Correa es un comunicador brillante y sus habituales apariciones semanales en los programas de radio y televisión de los sábados (“sabatinas”) son un ejercicio político de gran complejidad. El contacto directo con los ciudadanos no tiene como objetivo que estos participen en las decisiones, sino más bien que las ratifiquen mediante una socialización seductora que se presenta desprovista de contradicción.
Con razón, Correa considera que las instituciones del Estado nunca han sido social o políticamente neutrales, pero es incapaz de distinguir entre neutralidad y objetividad en base a procedimientos. Por el contrario, piensa que las instituciones estatales deben involucrarse activamente en las políticas del Gobierno. Por eso es natural que el sistema judicial sea demonizado si toma alguna decisión hostil al Gobierno y celebrado como independiente en caso contrario; que la Corte Constitucional se abstenga de decidir sobre cuestiones polémicas (como en el caso de la comunidad de La Cocha en materia de justicia indígena) si las decisiones pueden perjudicar lo que se juzga el interés superior del Estado; que un dirigente del Consejo Nacional Electoral, encargado de verificar las firmas para una consulta popular sobre la no explotación de petróleo en Yasuní, promovida por el movimiento Yasunidos, se pronuncie públicamente contra la consulta antes de efectuar la verificación. La erosión de las instituciones, típica del populismo, es peligrosa sobre todo cuando estas no son fuertes desde el principio debido a los privilegios oligárquicos de siempre. Y es que cuando el líder carismático abandona la escena (como ocurrió trágicamente con Hugo Chávez), el vacío político alcanza proporciones incontrolables debido a la falta de mediaciones institucionales.
Y esto resulta aún más trágico en cuanto es cierto que Correa ve su papel histórico como la construcción del Estado-nación. En tiempos de neoliberalismo global, el objetivo es importante e incluso decisivo. No obstante, se le escapa la posibilidad de que este nuevo Estado-nación sea institucionalmente muy diferente del modelo de Estado colonial o Estado criollo y mestizo precedente. Por eso la reivindicación indígena de la plurinacionalidad, en vez de ser manejada con el cuidado que la Constitución recomienda, es demonizada como peligro para la unidad (es decir, la centralidad) del Estado. En lugar de diálogos creativos entre la nación cívica, que consensualmente es la patria de todos, y las naciones étnico-culturales, que exigen respeto por la diferencia y autonomía relativa, se fragmenta el tejido social, centrándose más en los derechos individuales que en los colectivos. Los indígenas son ciudadanos activos en construcción, pero las organizaciones indígenas independientes son corporativas y hostiles al proceso. La sociedad civil es buena siempre que no esté organizada. ¿Una insidiosa presencia neoliberal dentro del postneoliberalismo?
Se trata, por tanto, del capitalismo del siglo XXI. Hablar del socialismo del siglo XXI es, por el momento, y en el mejor de los casos, un objetivo lejano. A la luz de estas características y contradicciones dinámicas que el proceso dirigido por Correa contiene, centroizquierda es quizá la mejor manera de definirlo políticamente. Tal vez el problema resida menos en el Gobierno que en el capitalismo que él promueve. Paradójicamente, parece componer una versión postneoliberal del neoliberalismo. Cada remodelación ministerial ha producido el fortalecimiento de las élites empresariales vinculadas a la derecha. ¿Será que el destino inexorable del centroizquierda es deslizarse lentamente hacia la derecha, tal y como ha sucedido con la socialdemocracia europea? Si esto ocurriese, sería una tragedia para el país y el continente. Correa generó una megaexpectativa, pero perversamente la manera en que pretende que no se convierta en una megafrustración corre el riesgo de apartar a los ciudadanos, como quedó demostrado en las elecciones locales del pasado 23 de febrero, en las que el movimiento Alianza País, que lo apoya, sufrió un fuerte revés. Cuesta creer que el peor enemigo de Correa es el propio Correa. Al pensar que tiene que defender la Revolución ciudadana de ciudadanos poco esclarecidos, malintencionados, infantiles, ignorantes, fácilmente manipulables por políticos oportunistas o enemigos procedentes de la derecha, Correa corre el riesgo de querer hacer la Revolución ciudadana sin ciudadanos, o lo que es lo mismo, con ciudadanos sumisos.Los ciudadanos sumisos no luchan por aquello a lo que tienen derecho, sólo aceptan lo que les es dado. ¿Puede aún Correa rescatar la gran oportunidad histórica de llevar a cabo la Revolución ciudadana que se propuso? Pienso que sí,pero el margen de maniobra es cada vez más reducido y los verdaderos enemigos dela Revolución ciudadana parecen estar cada vez más cerca del Presidente. Para evitar esto, y en solidaridad con la Revolución ciudadana,todos debemos contribuir a impulsarla.
A tal efecto,identifico tres tareas básicas. En primer lugar, hay que democratizar la propia democracia, combinando democracia representativa con verdadera democracia participativa. La democracia que se construye únicamente desde arriba siempre corre el riesgo de convertirse en autoritarismo en relación a los de abajo. Por mucho que le cueste, Correa tendrá que sentirse suficientemente seguro de sí mismo para, en lugar de criminalizar el disenso (siempre fácil para quien tiene el poder), dialogar con los movimientos, las organizaciones sociales y con los jóvenes yasunidos, aunque los considere “ecologistas infantiles”. Los jóvenes son los aliados naturales dela Revolución ciudadana, de la reforma de la educación superior y de la política científica, si esta se lleva acabo con sensatez. Alienar a los jóvenes parece un suicidio político.
En segundo lugar, hay que desmercantilizar la vida social, no sólo a través de políticas sociales, sino también a través de la promoción de economías no capitalistas, campesinas, indígenas, urbanas, asociativas. Ciertamente, no está en consonancia con el buen vivir entregar bonos a las clases populares para que se envenenen con la comida basura que inunda los centros comerciales. La transición al postextractivismo se hace con cierto postextractivismo y no con la intensificación del extractivismo.El capitalismo,abandonado a sí mismo,sólo conduce a más capitalismo, por trágicas que sean las consecuencias.
En tercer lugar, hay que compatibilizar la eficiencia de los servicios públicos con su democratización y descolonización. En una sociedad tan heterogénea como la ecuatoriana, hay que reconocer que el Estado, para ser legítimo y eficaz, tiene que ser un Estado heterogéneo, conviviendo con la interculturalidad y, de manera gradual, con la propia plurinacionalidad, siempre en el marco de la unidad del Estado garantizada por la Constitución. La patria es de todos, pero no tiene que ser de todos de la misma manera. Las sociedades que fueron colonizadas todavía hoy están divididas en dos grupos de poblaciones: los que no pueden olvidar y los que no quieren recordar. Los que no pueden olvidar son aquellos que tuvieron que construir como suya la patria que comenzó siéndoles impuesta por extranjeros; los que no quieren recordar son aquellos a los que les cuesta reconocer que la patria de todos tiene en sus raíces una injusticia histórica que está lejos de ser eliminada y que es trabajo de todos eliminarla gradualmente.
* Traducción de Antoni Aguiló


PARA ENTENDER LA GUERRA IMPERIALISTA HOY: BORON

28-05-2014

Estados Unidos, lejos de la independencia energética



Tal como varios en América Latina lo venimos diciendo desde hace al menos dos años una nota del periodista especializado Louis Sahagun, publicada el 20 de Mayo por Los Angeles Times (http://www.latimes.com/business/la-fi-oil-20140521-story.html) afirma que “en 2011 una empresa independiente contratada por Washington (se trata de la consultora de ingeniería Intek, con sede en Virginia) hizo una errónea estimación del petróleo técnicamente recuperable del mayor yacimiento de esquisto bituminoso del país, ubicado en Monterey, California, que contiene alrededor de dos tercios de las reservas de petróleo de esquisto de la nación. Según aquella estimación, se podrían obtener unos 13.700 millones de barriles de petróleo. Sin embargo, un reciente informe asegura que la cantidad no será mayor de 600 millones de barriles, es decir, una cantidad 96% menor de lo esperado” (y que, como señala la publicación especializada Business Insider, equivale a las reservas totales de petróleo de Bolivia). “Esa errónea estimación de 2011” –prosigue diciendo el diario- “había sido calificada como la esperanza para reducir la necesidad del país de las importaciones de petróleo desde el extranjero.”

La cantidad que ahora reporta la EIA (la Agencia de Información de Energía de Estados Unidos, dependiente del Departamento de Energía del gobierno federal) es insignificante si se tiene en cuenta que “solo podría cubrir las necesidades energéticas en EE.UU. correspondientes a 33 días.” Hablando con benevolencia: toda esta historia fue una fantasía estadística, producto bien sea de la desesperación de Washington por lograr su tan ansiada independencia energética combinada con la fenomenal ineptitud de quienes elaboraron las estimaciones iniciales y, ¿por qué no?, los corruptos intereses de algunos grandes consorcios de la industria -coludido con la consultora de marras- deseosos de facilitar la realización de operaciones especulativas en el mercado petrolero mundial. La independencia energética de Estados Unidos, que muchos creyeron estaba a la vuelta de la esquina, obró como un freno sobre el precio del petróleo, hizo posible adquisiciones baratas de activos petroleros en el exterior, devaluados ante las perspectivas abiertas por el citado informe, y se prestó a toda clase de especulaciones. Pero ahora la fiesta se terminó. Tal como lo declara J. David Hughes, un geólogo vocero del Post Carbon Institute, el shale de Monterrey “fue siempre una mítica veta madre cuya importancia fue inflada por la industria petrolera – nunca existió.”

La íntima relación que el capitalismo actual ha establecido entre petróleo, política y guerra permite extraer cuatro conclusiones preliminares.

Primero, que la dependencia energética de Estados Unidos seguirá siendo muy elevada, y tal vez creciente en función de la evolución de la demanda doméstica, y que esto reforzará las tendencias belicistas del imperio para tratar de asegurarse la obtención del petróleo que necesita por cualquier medio, a cualquier precio y en cualquier lugar. No olvidar que desde comienzos del siglo veinte las intervenciones militares de los Estados Unidos en terceros países tuvieron como causas fundamentales el petróleo y las presuntas amenazas a la “seguridad nacional” planteada por gobiernos que no estaban dispuestos a sacrificar la autodeterminación nacional.

Segundo, que los planes para destruir la OPEP –un objetivo largamente acariciado por Washington desde 1973- a partir del autoabastecimiento petrolero tendrán que ser archivados por mucho tiempo, tal vez definitivamente, lo que constituye un durísimo revés para la política exterior de Estados Unidos. La destrucción de la OPEP no era sólo un proyecto económico sino también político, dirigido a disciplinar a los díscolos productores de petróleo y muy especialmente a Venezuela, cuyo protagonismo en el relanzamiento de la OPEP fue decisivo a comienzos de este siglo.

Tercero, que dado lo anterior la Casa Blanca redoblará su ofensiva sediciosa y destituyente sobre la Venezuela bolivariana, potenciando su apoyo logístico, financiero, organizativo y mediático a sus peones en el terreno, los cuales son presentados por la prensa del imperio como una “oposición pacífica” cuando en realidad son mercenarios cuya misión es sembrar el caos, quebrantar el orden constitucional y provocar la caída del gobierno bolivariano. Dato significativo: de los varios cientos de vándalos arrestados por las autoridades los estudiantes apenas constituyen el 20% y una proporción igual está formada por extranjeros, algunos de los cuales ni hablan castellano. A la luz de las novedades publicadas por
 Los Angeles Times es previsible un aumento de la presión desestabilizadora orquestada por Washington.

Cuarto, que las altisonantes declaraciones de Obama y Kerry en el sentido que suministrarían petróleo y gas a Ucrania para facilitar que ese país sea fagocitado por la OTAN y la Unión Europea han quedado reducidas a meras bravuconadas sin ningún efecto práctico. Desgraciadamente para Washington, el petróleo y el gas se encuentran cada vez con más frecuencia en países que no están dispuestos a ponerse de rodillas ante los mandatos de la Casa Blanca. Por lo tanto, sus palancas económicas para operar en Ucrania son frágiles y lejanas, mientras que el petróleo y el gas siguen siendo cercanos y abundantes en Rusia.


SUCOMANDANTE MARCOS ANTES DE DEJAR DE EXISTIR

Últimas palabras de Subcomandante Marcos antes de dejar de existir
Entre la luz y la sombra

http://martamoli.wordpress.com


En La Realidad, Planeta Tierra.
Mayo del 2014.

Compañera, compañeros, compañero: 
Buenas noches, tardes, días en cualesquiera que sea su geografía, su tiempo y su modo. 
Buenas madrugadas. 

Quisiera pedirles a las compañeras, compañeros y compañeroas de la Sexta que vienen de otras partes, especialmente a los medios libres compañeros, su paciencia, tolerancia y comprensión para lo que voy a decir, porque éstas serán mis últimas palabras en público antes de dejar de existir. 

Me dirijo a ustedes y a quienes a través de ustedes nos escuchan y miran. 

Tal vez al inicio, o en el transcurso de estas palabras vaya creciendo en su corazón la sensación de que algo está fuera de lugar, de que algo no cuadra, como si estuvieran faltando una o varias piezas para darle sentido al rompecabezas que se les va mostrando. Como que de por sí falta lo que falta. 

Tal vez después, días, semanas, meses, años, décadas después se entienda lo que ahora decimos. 

Mis compañeras y compañeros del EZLN en todos sus niveles no me preocupan, porque de por sí es nuestro modo acá: caminar, luchar, sabiendo siempre que siempre falta lo que falta. 

Además de que, que no se ofenda nadie, la inteligencia de l@s compas zapatistas está muy por arriba del promedio. 

Por lo demás, nos satisface y enorgullece que sea ante compañeras, compañeros y compañeroas, tanto del EZLN como de la Sexta, que se da a conocer esta decisión colectiva. 

Y qué bueno que será por lo medios libres, alternativos, independientes, que este archipiélagos de dolores, rabias y digna lucha que nos llamamos “la Sexta” tendrá conocimiento de esto que les diré, donde quiera que se encuentren. 

Si a alguien más le interesa saber qué pasó este día tendrá que acudir a los medios libres para enterarse. 

Va pues. Bienvenidas y bienvenidos a la realidad zapatista. 

I.- Una decisión difícil 

Cuando irrumpimos e interrumpimos en 1994 con sangre y fuego, no iniciaba la guerra para nosotras, nosotros los zapatistas. 

La guerra de arriba, con la muerte y la destrucción, el despojo y la humillación, la explotación y el silencio impuestos al vencido, ya la veníamos padeciendo desde siglos antes. 

Lo que para nosotros inicia en 1994 es uno de los muchos momentos de la guerra de los de abajo contra los de arriba, contra su mundo. 

Esa guerra de resistencia que día a día se bate en las calles de cualquier rincón de los cinco continentes, en sus campos y en sus montañas. 

Era y es la nuestra, como la de muchos y muchas de abajo, una guerra por la humanidad y contra el neoliberalismo. 

Contra la muerte, nosotros demandamos vida.
Contra el silencio, exigimos la palabra y el respeto.
Contra el olvido, la memoria.
Contra la humillación y el desprecio, la dignidad.
Contra la opresión, la rebeldía.
Contra la esclavitud, la libertad.
Contra la imposición, la democracia.
Contra el crimen, la justicia. 

¿Quién con un poco de humanidad en las venas podría o puede cuestionar esas demandas? 
Y en ese entonces muchos escucharon. 

La guerra que levantamos nos dio el privilegio de llegar a oídos y corazones atentos y generosos en geografías cercanas y alejadas. 

Faltaba lo que faltaba, y falta lo que falta, pero conseguimos entonces la mirada del otro, su oído, su corazón. 

Entonces nos vimos en la necesidad de responder a una pregunta decisiva: 
“¿Qué sigue?” 

En las tétricas cuentas de la víspera no entraba la posibilidad de plantearnos pregunta alguna. Así que esa pregunta nos llevó a otras: 

¿Preparar a los que siguen en la ruta de la muerte? 
¿Formar más y mejores soldados? 
¿Invertir empeños en mejorar nuestra maltrecha maquinaria de guerra? 
¿Simular diálogos y disposición para la paz, pero seguir preparando nuevos golpes? 
¿Matar o morir como único destino? 
¿O debíamos reconstruir el camino de la vida, ése que habían roto y siguen rompiendo desde arriba? 

El camino no sólo de los pueblos originarios, también de trabajadores, estudiantes, maestros, jóvenes, campesinos, además de todas las diferencias que se celebran arriba, y abajo se persiguen y se castigan. 

¿Debíamos inscribir nuestra sangre en el camino que otros dirigen hacia el Poder o debíamos voltear el corazón y la mirada a los que somos y a los que son lo que somos, es decir los pueblos originarios, guardianes de la tierra y la memoria? 

Nadie lo escuchó entonces, pero en los primeros balbuceos que fueron nuestras palabras advertimos que nuestro dilema no estaba entre negociar o combatir, sino entre morir o vivir. 

Quien hubiera advertido entonces que ese temprano dilema no era individual, tal vez hubiera entendido mejor lo que ocurrido en la realidad zapatista los últimos 20 años. 

Pero les decía yo que nos topamos con esa pregunta y ese dilema. 

Y elegimos. 

Y en lugar de dedicarnos a formar guerrilleros, soldados y escuadrones, preparamos promotores de educación, de salud, y se fueron levantando las bases de la autonomía que hoy maravilla al mundo. 

En lugar de construir cuarteles, mejorar nuestro armamento, levantar muros y trincheras, se levantaron escuelas, se construyeron hospitales y centros de salud, mejoramos nuestras condiciones de vida. 

En lugar de luchar por ocupar un lugar en el Partenón de las muertes individualizadas de abajo, elegimos construir la vida. 

Esto en medio de una guerra que no por sorda era menos letal. 

Porque, compas, una cosa es gritar “no están solos” y otra enfrentar sólo con el cuerpo una columna blindada de tropas federales, como ocurrió en la zona de Los Altos de Chiapas, y a ver si hay suerte y alguien se entera, y a ver si hay un poco más de suerte y el que se entera se indigna, y otro poco más de suerte y el que se indigna hace algo.

En el entretanto, las tanquetas son frenadas por las mujeres zapatistas, y a falta de parque fue con mentadas de madre y piedras que la serpiente de acero tuvo que echarse para atrás.

Y en la zona norte de Chiapas, padecer el nacimiento y desarrollo de las guardias blancas, recicladas entonces como paramilitares; y en la zona Tzotz Choj las agresiones continuas de organizaciones campesinas que de “independientes” a veces ni el nombre tienen; y en la zona de la Selva Tzeltal la combinación de paramilitares y contras. 

Y una cosa es gritar “todos somos marcos” o “no todos somos marcos”, según el caso o cosa, y otra la persecución con toda la maquinaria de guerra, la invasión de poblados, el “peinado” de montañas, el uso de perros amaestrados, las aspas de los helicópteros artillados alborotando los copetes de las ceibas, el “vivo o muerto” que nació en los primeros días de enero de 1994 y alcanzó su nivel más histérico en 1995 y el resto del sexenio del ahora empleado de una trasnacional, y que esta zona de Selva Fronteriza padeció desde 1995 y a la que se suma después la misma secuencia de agresiones de organizaciones campesinas, uso de paramilitares, militarización, hostigamiento. 

Si hay algún mito en todo esto no es el pasamontañas, sino la mentira que repiten desde esos días, incluso retomada por personas con altos estudios, de que la guerra contra los zapatistas sólo duró 12 días. 

No haré un recuento detallado. Alguien con un poco de espíritu crítico y seriedad puede reconstruir la historia, y sumar y restar para sacar la cuenta, y decir si fueron y son más los reporteros que los policías y soldados; si fueron más los halagos que las amenazas e insultos, si el precio que se ponía era para ver el pasamontañas o para capturarlo “vivo o muerto”. 

En esas condiciones, algunas veces sólo con nuestras fuerzas y otras con el apoyo generoso e incondicional de gente buena de todo el mundo, se fue avanzando en la construcción aún inacabada, es cierto, pero ya definida de lo que somos. 

No es entonces una frase, afortunada o desafortunada, según se le vea desde arriba o desde abajo, la de “aquí estamos los muertos de siempre, muriendo de nuevo, pero ahora para vivir”. 

Es la realidad. 

Y casi 20 años después… 

El 21 de diciembre del 2012, cuando la política y el esoterismo coincidían, como otras veces, en predicar catástrofes que siempre son para los de siempre, los de abajo, repetimos el golpe de mano del 1 de enero del 94 y, sin disparar ni un solo tiro, sin armas, con nuestro solo silencio, postramos de nuevo la soberbia de las ciudades cuna y nido del racismo y el desprecio. 

Si el primero de enero de 1994, miles de hombres y mujeres sin rostro atacaron y rindieron las guarniciones que protegían las ciudades, el 21 de diciembre del 2012 fueron decenas de miles que tomaron sin palabras los edificios desde donde se celebraba nuestra desaparición. 

El sólo hecho inapelable de que el EZLN no sólo no se había debilitado, mucho menos desaparecido, sino que había crecido cuantitativa y cualitativamente hubiera bastado para que cualquier mente medianamente inteligente se diera cuenta de que, en esos 20 años, algo había cambiado al interior del EZLN y de las comunidades. 

Tal vez más de alguno piense que nos equivocamos al elegir, que un ejército no puede ni debe empeñarse en la paz. 

Por muchas razones, cierto, pero la principal era y es porque de esa forma terminaríamos por desaparecer. 

Tal vez es cierto. Tal vez nos equivocamos al elegir cultivar la vida en lugar de adorar a la muerte. 

Pero nosotros elegimos no escuchando a los de afuera. No a quienes siempre demandan y exigen la lucha a muerte, mientras los muertos los pongan otros. 

Elegimos mirándonos y escuchándonos, siendo el Votán colectivo que somos. 

Elegimos la rebeldía, es decir, la vida. 

Eso no quiere decir que no supiéramos que la guerra de arriba trataría y trata de imponer de nuevo su dominio sobre nosotros. 

Supimos y sabemos que una y otra vez habremos de defender lo que somos y como somos. 

Supimos y sabemos que seguirá habiendo muerte para que haya vida. 

Supimos y sabemos que para vivir, morimos. 

II.- ¿Un fracaso? 

Dicen por ahí que no hemos logrado nada para nosotros. 

No deja de sorprender que se maneje con tanto desparpajo esta posición. 

Piensan que los hijos e hijas de los comandantes y comandantas deberían disfrutar de viajes al extranjero, de estudios en escuelas privadas y luego de altos puestos en la empresa o la política. 

Que en lugar de trabajar la tierra para arrancarle con sudor y empeño el alimento, deberían lucirse en las redes sociales divirtiéndose en los antros, exhibiendo lujos. 

Tal vez los subcomandantes deberían procrear y heredar a sus descendientes los cargos, las prebendas, los templetes, como hacen los políticos de todo el espectro. 

Tal vez deberíamos, como los dirigentes de la CIOAC-H y de otras organizaciones campesinas, recibir privilegios y paga en proyectos y apoyos, quedarnos con la mayor parte y dejar a las bases sólo unas migajas, a cambio de que cumplan las órdenes criminales que vienen de más arriba. 

Pero es cierto, no hemos logrado nada de eso para nosotros. 

Difícil de creer que, 20 años después de aquel “nada para nosotros”, resultara que no era una consigna, una frase buena para carteles y canciones, sino una realidad, la realidad. 

Si el ser consecuentes es un fracaso, entonces la incongruencia es el camino del éxito, la ruta al Poder. 

Pero nosotros no queremos ir para allá. 

No nos interesa. 

En esos parámetros preferimos fracasar que triunfar. 

III.- El relevo. 

En estos 20 años ha habido un relevo múltiple y complejo en el EZLN. 

Algunos han advertido sólo el evidente: el generacional. 

Ahora están haciendo la lucha y dirigiendo la resistencia quienes eran pequeños o no habían nacido al inicio del alzamiento. 

Pero algunos estudiosos no se han percatado de otros relevos: 

El de clase: del origen clase mediero ilustrado, al indígena campesino. 

El de raza: de la dirección mestiza a la dirección netamente indígena. 

Y el más importante: el relevo de pensamiento: del vanguardismo revolucionario al mandar obedeciendo; de la toma del Poder de Arriba a la creación del poder de abajo; de la política profesional a la política cotidiana; de los líderes, a los pueblos; de la marginación de género, a la participación directa de las mujeres; de la burla a lo otro, a la celebración de la diferencia. 

No me extenderé más sobre esto, porque ha sido precisamente el curso “La Libertad según l@s zapatistas” la oportunidad de constatar si en territorio organizado vale más el personaje que la comunidad. 

En lo personal no entiendo por qué gente pensante que afirma que la historia la hacen los pueblos, se espante tanto ante la existencia de un gobierno del pueblo donde no aparecen los “especialistas” en ser gobierno. 

¿Por qué les da terror el que sean los pueblos los que manden, los que dirijan sus pasos propios? 

¿Por qué mueven la cabeza con desaprobación frente al mandar obedeciendo? 

El culto al individualismo encuentra en el culto al vanguardismo su extremo más fanático. 

Y ha sido eso precisamente, el que los indígenas manden y que ahora un indígena sea el vocero y jefe, lo que los aterra, los aleja, y finalmente se van para seguir buscando alguien que precise de vanguardias, caudillos y líderes. Porque también hay racismo en la izquierda, sobre todo en la que se pretende revolucionaria. 

El ezetaelene no es de ésos. Por eso no cualquiera puede ser zapatista. 


IV.- Un holograma cambiante y a modo. Lo que no será. 

Antes del amanecer de 1994, pasé 10 años en estas montañas. Conocí y traté personalmente a algunos en cuya muerte morimos un mucho. Conozco y trato desde entonces con otros y otras más que hoy están aquí como nosotros. 

Muchas madrugadas me encontré a mí mismo tratando de digerir las historias que me contaban, los mundos que dibujaban con silencios, manos y miradas, su insistencia en señalar algo más allá. 

¿Era un sueño el mundo ése, tan otro, tan lejano, tan ajeno? 

A veces pensé que se habían adelantado, que las palabras que nos guiaron y guían venían de tiempos para los que no habían aún calendarios, perdidos como estaban en geografías imprecisas: siempre el sur digno omnipresente en todos los puntos cardinales. 

Luego supe que no me hablaban de un mundo inexacto y, por lo tanto, improbable. 

Ese mundo ya andaba con su paso. 

Ustedes, ¿no lo vieron? ¿No lo ven? 

No hemos engañado a nadie de abajo. No escondemos que somos un ejército, con su estructura piramidal, su centro de mando, sus decisiones de arriba abajo. No por congraciarnos con libertarios o por moda negamos lo que somos. 

Pero cualquiera puede ver ahora si el nuestro es un ejército que suplante o impone. 
Y debo decir esto, que ya he pedido la autorización del compañero Subcomandante Insurgente Moisés para hacerlo: 

Nada de lo que hemos hecho, para bien o para mal, hubiera sido posible si un ejército armado, el zapatista de liberación nacional, no se hubiera alzado contra el mal gobierno ejerciendo el derecho a la violencia legítima. La violencia del de abajo frente a la violencia del de arriba. 

Somos guerreros y como tales sabemos cuál es nuestro papel y nuestro momento. 

En la madrugada del día primero del primer mes del año de 1994, un ejército de gigantes, es decir, de indígenas rebeldes, bajó a las ciudades para con su paso sacudir el mundo. 

Apenas unos días después, con la sangre de nuestros caídos aún fresca en las calles citadinas, nos dimos cuenta de que los de afuera no nos veían. 

Acostumbrados a mirar desde arriba a los indígenas, no alzaban la mirada para mirarnos. 

Acostumbrados a vernos humillados, su corazón no comprendía nuestra digna rebeldía. 

Su mirada se había detenido en el único mestizo que vieron con pasamontañas, es decir, que no miraron. 

Nuestros jefes y jefas dijeron entonces: 

“Sólo lo ven lo pequeño que son, hagamos a alguien tan pequeño como ellos, que a él lo vean y por él nos vean”. 

Empezó así una compleja maniobra de distracción, un truco de magia terrible y maravillosa, una maliciosa jugada del corazón indígena que somos, la sabiduría indígena desafiaba a la modernidad en uno de sus bastiones: los medios de comunicación. 

Empezó entonces la construcción del personaje llamado “Marcos”. 

Les pido que me sigan en este razonamiento: 

Supongamos que es posible otra forma de neutralizar a un criminal. Por ejemplo, creándole su arma homicida, hacerle creer que es efectiva, conminarlo a construir, en base a esa efectividad, todo su plan, para, en el momento en que se prepara para disparar, el “arma” vuelva a ser lo que siempre fue: una ilusión. 

El sistema entero, pero sobre todo sus medios de comunicación, juegan a construir famas para luego destruirlas si no se pliegan a sus designios. 

Su poder residía (ya no, han sido desplazados en eso por las redes sociales) en decidir qué y quién existía en el momento en que elegían qué nombraban y qué callaban. 

En fin, no me hagan mucho caso, como se ha demostrado en estos 20 años, yo no sé nada de medios masivos de comunicación. 

El caso es que el SupMarcos pasó de ser un vocero a ser un distractor. 

Si el camino de la guerra, es decir, de la muerte, nos había tomado 10 años; el de la vida tomó más tiempo y requirió más esfuerzo, por no hablar de sangre. 

Porque, aunque no lo crean, es más fácil morir que vivir. 

Necesitábamos tiempo para ser y para encontrar a quien supiera vernos como lo que somos. 

Necesitábamos tiempo para encontrar a quien nos viera no hacia arriba, no hacia abajo, que de frente nos viera, que nos viera con mirada compañera. 

Les decía que empezó entonces la construcción del personaje. 

Marcos un día tenía los ojos azules, otro día los tenía verdes, o cafés, o miel, o negros, todo dependiendo de quién hiciera la entrevista y tomara la foto. Así fue reserva en equipos de futbol profesional, empleado en tiendas departamentales, chofer, filósofo, cineasta, y los etcéteras que pueden encontrar en los medios de paga de esos calendarios y en diversas geografías. Había un Marcos para cada ocasión, es decir, para cada entrevista. Y no fue fácil, créanme, no había entonces wikipedia y si venían del Estado Español tenía que investigar si el corte inglés, por ejemplo, era un corte de traje típico de Inglaterra, una tienda de abarrotes, o una tienda departamental. 

Si me permiten definir a Marcos el personaje entonces diría sin titubear que fue una botarga. 

Digamos que, para que me entiendan, Marcos era un Medio No Libre (ojo: que no es lo mismo que ser un medio de paga). 

En la construcción y mantenimiento del personaje tuvimos algunos errores. 

“Es de humanos el herrar”, dijo el herrero. 

Durante el primer año agotamos, como quien dice, el repertorio de “Marcos” posibles. Así que para inicios de 1995 estábamos en apuros y el proceso de los pueblos estaba en sus primeros pasos. 
Así que en 1995 ya no sabíamos cómo hacerle. Pero entonces es cuando Zedillo con el PAN de la mano, “descubre” a Marcos con el mismo método científico con que encuentra osamentas es decir, por delación esotérica. 

La historia del tampiqueño nos dio aire, aunque el fraude posterior de la Paca de Lozano nos hizo temer que la prensa de paga cuestionara también el “desenmascaramiento” de Marcos y descubriera que era un fraude más. Afortunadamente no fue así. Como ésa, los medios siguieron tragando otras ruedas de molino semejantes. 

Un tiempo después el tampiqueño llegó a estas tierras. Junto con el Subcomandante Insurgente Moisés, hablamos con él. Le ofrecimos entonces dar una conferencia conjunta, así podría él librarse de la persecución puesto que sería evidente que no eran Marcos y él la misma persona. No quiso. Vino a vivir acá. Salió algunas veces y su rostro puede encontrarse en las fotografías de los velorios de sus padres. Si quieren pueden entrevistarlo. Ahora vive en una comunidad, en…. Ah, no quiere que sepan dónde mero vive. No diremos nada más para que él, si así lo desea algún día, pueda contar la historia que vivió desde el 9 de febrero de 1995. Por nuestra parte sólo nos queda agradecerle que nos haya pasado datos que cada tanto usamos para alimentar la “certeza” de que el SupMarcos no es lo que es en realidad, es decir, una botarga o un holograma, sino un profesor universitario, originario del ahora doloroso Tamaulipas. 

En el entretanto seguíamos buscando, buscándolas, buscándolos a ustedes, a quienes ahora están aquí y a quienes no están aquí pero están. 

Lanzamos una y otra iniciativas para encontrar al otro, a la otra, a lo otro compañero. Diferentes iniciativas, tratando de encontrar la mirada y el oído que necesitamos y merecemos. 

En el entretanto, seguía el avance de los pueblos y el relevo del que se ha hablado mucho o poco, pero que se puede constatar directamente, sin intermediarios. 

En la búsqueda de lo otro, una y otra vez fracasamos. 

A quien encontrábamos o nos quería dirigir o quería que lo dirigiéramos. 

Había quienes se acercaban y lo hacían con el afán de usarnos, o para mirar hacia atrás, sea con la nostalgia antropológica, sea con la nostalgia militante. 

Así para unos éramos comunistas, para otros trotskistas, para otros anarquistas, para otros maoístas, para otros milenaristas, y ahí les dejo varios “istas” para que pongan lo que sea de su conocimiento. 

Así fue hasta la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, la más audaz y la más zapatista de las iniciativas que hemos lanzado hasta ahora. 

Con la Sexta al fin hemos encontrado quien nos mira de frente y nos saluda y abraza, y así se saluda y abraza. 

Con la Sexta al fin los encontramos a ustedes. 

Por fin, alguien que entendía que no buscábamos ni pastores que nos guiaran, ni rebaños a los cuales conducir a la tierra prometida. Ni amos ni esclavos. Ni caudillos ni masas sin cabeza. 

Pero faltaba ver si era posible que miraran y escucharan lo que siendo somos. 

Al interior, el avance de los pueblos había sido impresionante. 

Entonces vino el curso “La Libertad según l@s zapatistas”. 

En 3 vueltas, nos dimos cuenta de que ya había una generación que podía mirarnos de frente, que podía escucharnos y hablarnos sin esperar guía o liderazgo, ni pretender sumisión ni seguimiento. 

Marcos, el personaje, ya no era necesario. 

La nueva etapa en la lucha zapatista estaba lista. 

Pasó entonces lo que pasó y muchas y muchos de ustedes, compañeras y compañeros de la Sexta, lo conocen de manera directa. 

Podrán decir luego que lo del personaje fue ocioso. Pero una revisión honesta de esos días dirá de cuántas y cuántos voltearon a mirarnos, con agrado o desagrado, por los desfiguros de una botarga. 

Así que el relevo de mando no se da por enfermedad o muerte, ni por desplazamiento interno, purga o depuración. 

Se da lógicamente de acuerdo a los cambios internos que ha tenido y tiene el EZLN. 

Sé que eso no cuadra con los esquemas cuadrados que en los distintos arriba hay, pero eso la verdad nos tiene sin cuidado. 

Y si esto arruina la perezosa y pobre elaboración de los rumorólogos y zapatólogos de Jovel, pues ni modos. 

Ni estoy ni he estado enfermo, ni estoy ni he estado muerto. 

O sí, aunque tantas veces me mataron, tantas veces me morí, y de nuevo estoy aquí. 

Si alentamos esos rumores fue porque así convenía. 

El último gran truco del holograma fue simular enfermedad terminal, e incluso todas las muertes que ha padecido. 

Por cierto, lo de “si su salud lo permite”, que el Subcomandante Insurgente Moisés usó en el comunicado anunciando la compartición con el CNI, era un equivalente a “si el pueblo lo pide” o “si las encuestas me favorecen” o “si dios me da licencia” u otros lugares comunes que han sido la muletilla en la clase política en los últimos tiempos. 

Si me permiten un consejo: deberían cultivar un poco el sentido del humor, no sólo por salud mental y física, también porque sin sentido del humor no van a entender al zapatismo. Y el que no entiende, juzga; y el que juzga, condena. 

En realidad ésa ha sido la parte más sencilla del personaje. Para alimentar el rumor sólo fue necesario decirle a algunas personas en específico: “te voy a decir un secreto pero prométeme que no se lo vas a contar nadie”. 

Por supuesto que lo contaron. 

Los principales colaboradores involuntarios del rumor de enfermedad y muerte han sido los “expertos en zapatología” que en la soberbia Jovel y en la caótica Ciudad de México presumen su cercanía con el zapatismo y el profundo conocimiento que de él tienen, además, claro, de los policías que también cobran como periodistas, de los periodistas que cobran como policías, y de l@s periodistas que sólo cobran, y mal, como periodistas. 

Gracias a todas y todos ellos y ellas. Gracias por su discreción. Hicieron exactamente como suponíamos que iban a hacer. Lo único malo de todo esto, es que dudo que ahora alguien les confíe ningún secreto. 

Es nuestra convicción y nuestra práctica que para rebelarse y luchar no son necesarios ni líderes ni caudillos ni mesías ni salvadores. Para luchar sólo se necesitan un poco de vergüenza, un tanto de dignidad y mucha organización. 

Lo demás, o sirve al colectivo o no sirve. 

Ha sido particularmente cómico lo que el culto al individuo ha provocado en los politólogos y analistas de arriba. Ayer dijeron que el futuro de este pueblo mexicano dependía de la alianza de 2 personalidades. Antier dijeron que Peña Nieto se independizaba de Salinas de Gortari, sin darse cuenta de que, entonces, si criticaban a Peña Nieto, se ponían del lado de Salinas de Gortari; y que si criticaban a éste último, apoyaban a Peña Nieto. Ahora dicen que hay que optar por un bando en la lucha de arriba por el control de las telecomunicaciones, así que o estás con Slim o estás con Azcárraga-Salinas. Y más arriba, o con Obama o con Putin. 

Quienes hacia arriba suspiran y miran pueden seguir buscando su líder; pueden seguir pensando que ahora sí se van a respetar los resultados electorales; que ahora sí Slim va a apoyar la opción electoral de izquierda; que ahora sí en Game of Thrones van a aparecer los dragones y las batallas; que ahora sí en la serie televisiva The Walking Dead, Kirkman se va a apegar al comic; que ahora sí las herramientas hechas en china no se van a quebrar a la primera vuelta; que ahora sí el futbol va a ser deporte y no negocio. 

Y sí, puede que alguno de los casos sí le atinen, pero no hay que olvidar que en todos ellos son meros espectadores, es decir, consumidores pasivos. 

Quienes amaron y odiaron al SupMarcos ahora saben que han odiado y amado a un holograma. Sus amores y odios han sido, pues, inútiles, estériles, vacíos, huecos. 

No habrá entonces casa-museo o placas de metal en donde nací y crecí. Ni habrá quien viva de haber sido el subcomandante Marcos. Ni se heredará su nombre ni su cargo. No habrán viajes todo pagado para dar pláticas al extranjero. No habrá traslado ni atención en hospitales de lujo. No habrán viudas ni hereder@s. No habrán funerales, ni honores, ni estatuas, ni museos, ni premios, ni nada de lo que el sistema hace para promover el culto al individuo y para menospreciar al colectivo. 

El personaje fue creado y ahora sus creadores, los zapatistas y las zapatistas, lo destruimos. 
Si alguien entiende esta lección que dan nuestras compañeras y compañeros, habrá entendido uno de los fundamentos del zapatismo. 

Así que en los últimos años ha pasado lo que ha pasado. 

Entonces vimos que la botarga, el personaje, el holograma pues, ya no era necesario. 

Una y otra vez planeamos, y una y otra vez esperamos el momento indicado: el calendario y la geografía precisas para mostrar los que en verdad somos a quienes son en verdad. 

Entonces llegó Galeano con su muerte a marcarnos la geografía y el calendario: “aquí, en La Realidad; ahora: en el dolor y la rabia 

V.- El dolor y la Rabia. Susurros y gritos. 

Cuando llegamos al caracol aquí en La Realidad, sin que nadie nos lo dijera empezamos a hablar en susurros. 

Quedo hablaba nuestro dolor, quedito nuestra rabia. 

Como si tratáramos de evitar que al Galeano lo ahuyentaran los ruidos, los sonidos que le eran ajenos. 

Como si nuestras voces y pasos lo llamaran. 

Espera compa”, decía nuestro silencio. 
No te vayas”, susurraban las palabras. 
Pero hay otros dolores y otras rabias. 

Ahora mismo, en otros rincones de México y del mundo, un hombre, una mujer, unoa otroa, un niño, una niña, un anciano, una anciana, una memoria, es golpeada a mansalva, rodeada por el sistema hecho crimen voraz, es garroteada, macheteada, baleada, rematada, arrastrada entre burlas, abandonada, recuperado y velado su cuerpo, enterrada su vida. 

Sólo algunos nombres: 
Alexis Benhumena, asesinado en el Estado de México.
Francisco Javier Cortés, asesinado en el Estado de México.
Juan Vázquez Guzmán, asesinado en Chiapas.
Juan Carlos Gómez Silvano, asesinado en Chiapas.
El compa Kuy, asesinado en el DF.
Carlo Guiliani, asesinado en Italia.
Aléxis Grigorópulos, asesinado en Grecia.
Wayih Wajdi al-Ramahi, asesinado en un Campo de refugiados en la ciudad cisjordana de Ramala. 14 años, asesinado de un tiro en la espalda desde un puesto de observación del ejército israelí, no había marchas, ni protestas ni nada en la calle.
Matías Valentín Catrileo Quezada, mapuche asesinado en Chile.
Teodulfo Torres Soriano, compa de la Sexta desaparecido en la Ciudad de México.
Guadalupe Jerónimo y Urbano Macías, comuneros de Cherán, asesinados en Michoacán.
Francisco de Asís Manuel. desaparecido en Santa María Ostula
Javier Martínes Robles. desaparecido en Santa María Ostula
Gerardo Vera Orcino. desaparecido en Santa María Ostula
Enrique Domínguez Macías. desaparecido en Santa María Ostula
Martín Santos Luna. desaparecido en Santa María Ostula
Pedro Leyva Domínguez, asesinado en Santa María Ostula.
Diego Ramíres Domínguez, asesinado en Santa María Ostula.
Trinidad de la Cruz Crisostomo, asesinado en Santa María Ostula.
Crisóforo Sánchez Reyes, asesinado en Santa María Ostula.
Teódulo Santos Girón, desparecido en Santa María Ostula.
Longino Vicente Morales, desaparecido en Guerrero.
Víctor Ayala Tapia, desaparecido en Guerrero.
Jacinto López Díaz “El Jazi”, asesinado en Puebla.
Bernardo Vázquez Sánchez, asesinado en Oaxaca
Jorde Alexis Herrera, asesinado en Guerrero.
Gabriel Echeverría, asesinado en Guerrero.
Edmundo Reyes Amaya, desaparecido en Oaxaca.
Gabriel Alberto Cruz Sánchez, desaparecido en Oaxaca.
Juan Francisco Sicilia Ortega, asesinado en Morelos.
Ernesto Méndez Salinas, asesinado en Morelos.
Alejandro Chao Barona, asesinado en Morelos.
Sara Robledo, asesinada en Morelos.
Juventina Villa Mojica, asesinada en Guerrero.
Reynaldo Santana Villa, asesinado en Guerrero.
Catarino Torres Pereda, asesinado en Oaxaca.
Bety Cariño, asesinada en Oaxaca.
Jyri Jaakkola, asesinado en Oaxaca.
Sandra Luz Hernández, asesinado en Sinaloa.
Marisela Escobedo Ortíz, asesinada en Chihuahua.
Celedonio Monroy Prudencio, desaparecido en Jalisco.
Nepomuceno Moreno Nuñez, asesinado en Sonora.

Los y las migrantes desparecidas forzosamente y probablemente asesinadas en cualquier rincón del territorio mexicano. 

Los presos a quienes se quiere matar en vida: Mumia Abu Jamal, Leonard Peltier, los Mapuche, Mario González, Juan Carlos Flores. 

El continuo entierro de voces que vida fueron, silenciadas por el caer de la tierra y el cerrarse de las rejas. 

Y la burla mayor es que, en cada paletada de tierra que arroja el esbirro en turno, el sistema va diciendo: “no vales, no importas, nadie te llora, a nadie le da rabia tu muerte, nadie sigue tu paso, nadie levanta tu vida 

Y con la última paletada sentencia: “aunque agarren y castiguen a los que te matamos, siempre encontraré otro, otra, otros, que de nuevo te embosquen y repitan la danza macabra que acabó con tu vida”. 

Y dice “Tu justicia pequeña, enana, fabricada para que los medios de paga simulen y obtengan un poco de calma para frenar el caos que se les viene encima, no me espanta, no me daña, no me castiga”. 

¿Qué le decimos a ese cadáver al que, en cualquier rincón del mundo de abajo, se le entierra en el olvido? 
¿Que sólo nuestros dolor y rabia cuentan? 
¿Que sólo nuestro coraje importa? 
¿Que mientras susurramos nuestra historia, no escuchamos su grito, su alarido? 

Tiene tantos nombres la injusticia y son tantos los gritos que provoca. 

Pero nuestro dolor y nuestra rabia no nos impiden escuchar. 

Y nuestros susurros no son sólo para lamentar la caída de nuestros muertos injustamente. 

Son para así poder escuchar a otros dolores, hacer nuestras otras rabias y seguir así en el complicado, largo y tortuoso camino de hacer de todo eso un alarido que se transforme en lucha libertadora. 

Y no olvidar que, mientras alguien susurra, alguien grita. 

Y sólo el oído atento puede escuchar. 

Mientras hablamos y escuchamos ahora, alguien grita de dolor, de rabia. 
Y así como hay que aprender a dirigir la mirada, la escucha debe encontrar el rumbo que la haga fértil. 

Porque mientras alguien descansa, hay quien sigue cuesta arriba. 

Para mirar ese empeño, basta bajar la mirada y elevar el corazón. 
¿Pueden? 
¿Podrán? 

La justicia pequeña se parece tanto a la venganza. La justicia pequeña es la que reparte impunidad, pues al castigar a uno, absuelve a otros. 

La que queremos nosotros, por la que luchamos, no se agota en encontrar a los asesinos del compa Galeano y ver que reciban su castigo (que así será, que nadie se llame a engaño). 

La búsqueda paciente y porfiada busca la verdad, no el alivio de la resignación. 

La justicia grande tiene qué ver con el compañero Galeano enterrado. 

Porque nosotros nos preguntamos no qué hacemos con su muerte, sino qué debemos hacer con su vida. 

Disculpen si entro en el pantanoso terreno de los lugares comunes, pero ese compañero no merecía morir, no así. 

Todo su empeño, su sacrificio cotidiano, puntual, invisible para quien no fuera nosotros, fue por la vida. 

Y sí les puedo decir que fue un ser extraordinario y además, y esto es lo que maravilla, hay miles de compañeras y compañeros como él en las comunidades indígenas zapatistas, con el mismo empeño, idéntico compromiso, igual claridad y un único destino: la libertad. 

Y haciendo cuentas macabras: si alguien merece la muerte es quien no existe ni ha existido, como no sea en la fugacidad de los medios de comunicación de paga. 

Ya nos ha dicho nuestro compañero jefe y vocero del EZLN, el Subcomandante Insurgente Moisés, que al asesinar a Galeano, o a cualquiera de los zapatistas, los de arriba querían asesinar al EZLN. 

No como ejército, sino como rebelde necio que construye y levanta vida donde ellos, los de arriba, desean el páramo de las industrias mineras, petroleras, turísticas, la muerte de la tierra y de quienes la habitan y trabajan. 

Y ha dicho que hemos venido, como Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, a desenterrar a Galeano. 

Pensamos que es necesario que uno de nosotros muera para que Galeano viva. 

Y para que esa impertinente que es la muerte quede satisfecha, en su lugar de Galeano ponemos otro nombre para que Galeano viva y la muerte se lleve no una vida, sino un nombre solamente, unas letras vaciadas de todo sentido, sin historia propia, sin vida. 

Así que hemos decidido que Marcos deje de existir hoy. 

Lo llevarán de la mano sombra el guerrero y lucecita para que no se pierda en el camino, Don Durito se irá con él, lo mismo que el Viejo Antonio. 

No lo extrañarán las niñas y niños que antes se juntaban para escuchar sus cuentos, pues ya son grandes, ya tienen juicio, ya luchan como el que más por la libertad, la democracia y la justicia, que son la tarea de cualquier zapatista. 

El gato-perro, y no un cisne, entonará ahora el canto de despedida. 
Y al final, quienes entiendan, sabrán que no se va quien nunca estuvo, ni muere quien no ha vivido. 

Y la muerte se irá engañada por un indígena con el nombre de Galeano en la lucha, y en esas piedras que han colocado en su tumba volverá a andar y a enseñar, a quien se deje, lo básico del zapatismo, es decir, no venderse, no rendirse, no claudicar. 

¡Ah la muerte! Como si no fuera evidente que a los de arriba los libera de toda corresponsabilidad, más allá de la oración fúnebre, el homenaje gris, la estatua estéril, el museo controlador. 

¿A nosotros? Bueno, pues a nosotros la muerte nos compromete por lo que tiene de vida. 
Así que aquí estamos, burlando a la muerte en la realidad. 

Compas: 

Dicho todo lo anterior, siendo las 0208 del 25 de mayo del 2014 en el frente de combate suroriental del EZLN, declaro que deja de existir el conocido como Subcomandante Insurgente Marcos, el autodenominado “subcomandante de acero inoxidable”. 

Eso es. 

Por mi voz ya no hablará la voz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. 
Vale. Salud y hasta nunca… o hasta siempre, quien entendió sabrá que eso ya no importa, que nunca ha importado. 

Desde la realidad zapatista.

Subcomandante Insurgente Marcos.
México, 24 de mayo del 2014.