martes, 13 de enero de 2015

PARA COMPRENDER EL MOVIMIENTO ANTI LEY PULPIN:

Una explicación muy didáctica de cómo el neoliberalismo, como forma evolucionada y superior del capitalismo busca en una nueva manera de explotación de la fuerza de trabajo disminuir el riesgo y amenaza sustantiva de la clase obrera. El capitalismo capaz de evolucionar con un espíritu anti-obrero y todo lo que apuntale su desarrollo a nivel de conciencia y como fuerza organizada. El capitalismo en el neoliberalismo resultó, en esta perspectiva  triunfante, aunque dio lugar a una nueva manera de reposar el sistema en  nuevas formas de explotación que no tardaron en visibilizar también una nueva contradicción que hace también evolucionar la acción política que es la acción de contra-poder. Vea la segunda nota que nos ofrece Nelson Manrique para comprender lo que actualmente viene ocurriendo. Excelente maestro


 Redes de indignación y esperanza II

NELSON  MANRIQUE

LA REPÚBLICA Martes, 13 de enero de 2015 
  
Las masas, en su acepción moderna, nacieron con el capitalismo industrial, a fines del siglo XVIII, junto con la fábrica moderna, un todo orgánico que funciona como un trabajador colectivo formado por miles de trabajadores  individuales, articulados en base a la división del trabajo y vinculados por lazos que Emile Durkheim denominó de “solidaridad orgánica”: no una relación eventual sino permanente, que brotaba de la propia lógica de la organización del trabajo. 

Los obreros concentrados por las fábricas constituían una poderosa fuerza social y política, no solo por su número sino porque podían detener la producción y compartían condiciones de trabajo y problemas similares: tenían demandas comunes (limitación de la jornada de trabajo, por ejemplo), podían identificar enemigos comunes (los administradores, los propietarios) y concertar así planes, programas y plataformas de lucha. Así, nacieron la conciencia de clase, los partidos de masas, los sindicatos, los partidos obreros, el socialismo y el horizonte de una transformación revolucionaria de la sociedad. En una frase, la política de masas vigente a lo largo del siglo XX.

Pero durante las últimas décadas del pasado siglo la estructura productiva capitalista sufrió profundas transformaciones. Se impuso la organización en red. Desaparecieron las grandes fábricas, con sus miles y decenas de miles de trabajadores, y fueron remplazadas por racimos de pequeñas y medianas empresas, constituidas con apenas algunas decenas de trabajadores o inclusive de tamaño familiar, enlazadas en red. Desaparecieron las grandes concentraciones obreras y millones de trabajadores fueron lanzados al desempleo. Con las computadoras manejando las máquinas el conocimiento se incorporó como un factor productivo de primer orden en la empresa, diferenciando internamente a los trabajadores y rompiendo las solidaridades orgánicas antes vigentes.

La globalización favoreció la articulación del capital en redes planetarias que funcionaban en tiempo real, mientras los obreros eran incapaces de trascender el horizonte nacional en sus luchas. Entraron entonces en crisis los sindicatos, los partidos obreros y de masas, el horizonte revolucionario. Este es un proceso planetario, que se desarrolla con distinta velocidad e intensidad en diferentes sociedades, pero cuya tendencia general es una. No afrontamos pues una crisis política sino una crisis de la política; la de la política de masas.

La política adecuada al nuevo horizonte histórico que está emergiendo se está construyendo. La mayor familiaridad de los jóvenes con las tecnologías digitales los coloca en una ubicación privilegiada para intentar recrear las formas de hacer política, pues en las redes sociales donde se forman hoy los nuevos sentidos. De allí derivan algunas características fundamentales de los nuevos movimientos sociales: “Sus valores, objetivos y estilo organizativo hacen referencia directa a la cultura de la autonomía que caracteriza a las jóvenes generaciones de un joven siglo. No podrían existir sin Internet. Pero su importancia es mucho más profunda. Están adaptados a su función como agentes del cambio en la sociedad red, en claro contraste con las instituciones políticas obsoletas heredadas de una estructura social históricamente superada” (Manuel Castells, Redes de indignación y esperanza, 2012, p. 223).

Mientras las identidades “duras” (de clase, nacionales) declinan se despliega el individualismo en red. Los viejos discursos de los grandes partidos de masas son erosionados por el despliegue de una nueva realidad que no comprenden. El rápido ascenso de nuevas formaciones políticas como Podemos en España y Syriza en Grecia, descoloca a la derecha, la socialdemocracia y la izquierda tradicional.

El control de los medios de comunicación de masas (prensa, radio, televisión) por el estado y las corporaciones es abrumador y las redes sociales se convierten en un escenario privilegiado de la lucha política y de la elaboración de sentidos contrahegemónicos: “Los actores del cambio social pueden ejercer una influencia decisiva utilizando mecanismos de construcción de poder que se correspondan con las formas y procesos del poder en la sociedad red. Mediante la producción de mensajes autónomos para los medios de comunicación de masas y el desarrollo de redes autónomas de comunicación horizontal, los ciudadanos de la era de la información pueden inventar nuevos programas para sus vidas con los materiales de sus sufrimientos, sus miedos, sueños y esperanzas” (ídem, p.  26).

Mi solidaridad con Charlie Hebdo y mi admiración por sus integrantes, que están preparando la nueva edición.

 .

jueves, 8 de enero de 2015

CRISIS FINANCIERA Y PRODUCTIVA DE EMPRESAS INDUSTRIALES AZUCARERAS EN LAMBAYEQUE

1,557´000,000 de soles es la deuda contraída ante la SUNAT por las empresas agroindustriales azucareras de Pomalca, Tuman, Pucala y Cayalti. Así lo sostiene en conferencia de prensa, el Sr. Leoncio Egusquiza Sánchez, secretario de defensa y derechos humanos del consejo azucarero, según nota que aparece hoy día en el diario LA REPÚBLICA. 

A esto se sumaría la crisis productiva, pues sólo se habría molido un 42.8%, lo que equivale a 400,000 toneladas de caña durante el 2014.

Responsabilizó de esta crisis financiera y productiva, a las administraciones judiciales que vienen operando cuestionablemente en Pomalca y Tumán a través del Grupo Oviedo, en Cayalti a través de Fiducia, donde vendrían vendiendo acciones a precios paupérrimos y en Pucalá cuando venia operando el Consorcio Azucarero del Norte. El famoso CLAN de los Huancaruna, los Flores.

Calificó de "seudoinversionistas" a estos personajes quienes "no solo están saqueando a las azucareras sino también las vienen endeudando cada año, lo más preocupante es que ninguna autoridad política o fiscal se pronuncia". A la vez refirió que estas administraciones vienen recibiendo blindaje por el poder legislativo y judicial a través de leyes y mandatos judiciales que solo permiten que la corrupción siga enquistándose en la agroindustria azucarera. Anuncian la realización de un panel forum en la ciudad de Lima "Crisis, mafia y corrupción de las azucareras de Lambayeque y la responsabilidad del Estado".

Este es el efecto del ensayo neoliberal en la otrora poderosa agroindustria azucarera en el departamento de Lambayeque. 

Del modelo enclavizado capitalista-industrial, ligado al mercado externo, al modelo de autogestión capiatlsta cooperativizadcon fuerte intervencion estatal, al modelo de acionariado difundido fuertemente articulado al mercado interrno.

Este ultimo responde al ensayo neoliberal. Se trata de individualizar a partir de distribuir la propiedad en acciones entre sus trabajadores en un contexto de crisis, así como al principal acreedor como es el Estado. La libertad para comprar y vender acciones a precios paupérrimos ha dado lugar a la presencia de nuevas formas de organización o redes enmarañadas en corrupción y en acciones que lindan con lo delincuencial por ello no es casual la caracerizacion de mafias.

El nuevo poder emergente en el departamento proviene de estos campos generados por el neoliberalismo. No es el de la presencia del gran capital corporativo sino de un capital regional provinciano que se entreteje con los otros poderes sobre todo el judicial en base a la corrupcion.

miércoles, 7 de enero de 2015

EL ARTE Y LA CIENCIA EN LA ETICA DEL CAPITALISMO NEOLIBERAL

El arte y la ciencia de advertir la contradicción de naturaleza ética entre el discurso y el comportamiento. Mejor camino para crear un espíritu critico en un contexto en que la civilizacion capitalista esta en un franco y acelerado proceso de destruccion y deshumanizacion. Imagen que me produce CHOMSKY. Leeo la entrevista que hoy dia publica REBELION. Dos acotaciones señala:

- "La llamada guerra contra la droga no tiene prácticamente nada que ver con las drogas. Cuando las mismas políticas se implementan durante décadas sin que tengan un impacto sobre el objetivo planteado, hay que preguntarse: “¿Es el objetivo que se plantea públicamente el verdadero objetivo?” Probablemente no. El problema de la droga se encuentra en Estados Unidos"

Desnfocamos el problema real. Cuando el problema no es problema. El problema mal planteado. O el problema planteado intereseantisismo de interesado. Vale para las soluciones fallidas. dignas de sospechar. En el peru el "montesinismo" introdujo la cultura de las "cortinas de humo". Soluciones a problemas de "baja intensidad".

"Estos no son tratados de libre comercio, son una mezcla de liberalismo y proteccionismo. Son acuerdos para proteger los derechos del inversionista a costa de la población. El hecho de que cuando (Bill) Clinton comenzó a introducir con fuerza el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) también comenzara a militarizar la frontera no es coincidencia. No se necesitaba ser un genio para darse cuenta de que los campesinos mexicanos no iban a poder competir con agroindustrias subsidiadas por Estados Unidos y que las empresas mexicanas no iban a poder competir con las multinacionales estadounidenses y era muy probable que esto ocasionara un fuerte éxodo".

Ningún comentario. Se puede distorsionar la idea transparente y diafana. Cuando el libre comercio adquiere significado dependiendo de quien al promueve.

martes, 6 de enero de 2015

ALGO IMPORTANTE ESTA SUCENDIENDO: SIGUE EL DEBATE LEY PULPIN

Redes de indignación y desesperanza I
NELSON MANRIQUE
Martes, 06 de enero de 2015
La movilización contra la Ley Pulpín viene provocando un interesante debate académico. Se la ha comparado con movimientos anteriores pero los análisis omiten un factor que hace una diferencia fundamental: Internet y las redes sociales y su impacto en la cultura e identidad juvenil.
Empiezo constatando que la actual movilización, y las características que esta asume, desde las movilizaciones contra la “repartija” hasta los pulpinazos, habría sido simplemente imposible sin la red de redes y una generación de jóvenes que asume el ciberespacio como su espacio natural de socialización. No se trata de las tecnologías de información y comunicación como facilitadoras sino del nacimiento de una cultura –entendida como una manera de estar-en-el-mundo– modelada por una generación que está parada sobre la que probablemente sea la brecha generacional más importante de la historia de la humanidad: la que separa a los nativos digitales, los que llegaron al mundo con Internet, de los inmigrantes digitales, nuestra generación. 
Manuel Castells, posiblemente el mejor estudioso del capitalismo informacional, puede brindarnos elementos valiosos para pensar el despertar de los jóvenes peruanos a la política y las grandes tendencias planetarias que se están desplegando.
Redes de indignación y esperanza. Los movimientos sociales en la era de Internet (Castells, Alianza Editorial 2012) aborda la enorme movilización planetaria que tuvo su epicentro en las redes sociales el año 2011, un movimiento en cuya gestación jugó un rol destacado la indignación ética frente a los poderes financieros, el Estado, la política y los políticos y que incluyó la primavera árabe, cuyo primer capítulo se produjo en diciembre de 2010. Para la gran movilización importaba la pobreza y la crisis económica, pero el gran motor fue “la humillación causada por el cinismo y la arrogancia de los poderosos, tanto del ámbito financiero como político y cultural, lo que unió a aquellos que transformaron el miedo en indignación y la indignación en esperanza de una humanidad mejor” (Castells 2012: 20)
La movilización se inició el 15 de octubre de 2011 y se desplegó como una red global de movimientos que recurrían a la ocupación de lugares simbólicos, desde Túnez hasta Islandia, bajo la bandera de “Unidos por un cambio global”. Abarcó a millones de personas en 951 ciudades de 82 países del mundo, que reivindicaban la justicia social y una democracia auténtica, ignoraban a los partidos políticos, desconfiaban de los medios de comunicación, rechazaban los liderazgos y la organización formal y se articulaban a través de Internet y de asambleas en lugares públicos previamente ocupados, donde se debatía y tomaba decisiones. ¿Suena conocido?
Los objetivos de la movilización eran principalmente culturales. El poder es ejercido por quienes lo detentan a través de dos instrumentos básicos: 1) la coacción, justificada con el monopolio de la violencia legítima del Estado y 2) la construcción de significados en las mentes, a través de mecanismos de manipulación simbólica. Esta segunda dimensión constituye hoy a Internet en una arena privilegiada del conflicto social. 
La construcción de significados supone entablar relaciones de comunicación que abarcan campos muy amplios de la experiencia humana: la interacción con el entorno natural y social, interconectando nuestras redes neuronales con las redes de la naturaleza y las redes sociales. Algunos actos de comunicación son privilegiados al momento de construir sentidos: “Para la sociedad en sentido amplio, la principal fuente de producción social de significado es el proceso de comunicación socializada (...) aquella que existe en el ámbito público más allá de la comunicación interpersonal. La transformación continua de la tecnología de la comunicación en la era digital extiende el alcance de los medios de comunicación a todos los ámbitos de la vida social en una red que es al mismo tiempo local y global, genérica y personal, en una configuración constantemente cambiante” (ídem, p. 23). 
La sociedad red no es puramente virtual; las redes virtuales y las redes de la vida se interconectan formando “un mundo híbrido, no un mundo virtual ni un mundo segregado que se separará online de la interacción offline”. Las redes virtuales pueden enlazar de esta manera redes de la vida de innumerables personas, en muy diversas dimensiones de su praxis, incluida por supuesto la política: “Y es en este mundo en el que han nacido los movimientos sociales en una transición natural para muchas personas, que pasan de compartir su sociabilidad a compartir su indignación, su esperanza y su lucha” (ídem, p. 222).
Seguiremos.

No una sino muchas marchas
ROCIO SILVA SNATISTEBAN
Martes, 06 de enero de 2015
A veces los analistas políticos, sean politólogos, sociólogos o poetas, parten de información basada en datos periodísticos con los que llegan a generalizaciones preocupantes (“el cambio del modelo económico al parecer no está en agenda”) o a lugares comunes (“las marchas han sido eficaces para expresar una protesta”). Otras veces incluso, extrapolan lo que sucede en Lima a nivel nacional, de tal suerte que siendo ellos mismos los que reconocen la importancia de los movimientos regionales, siguen aminorando sus efectos o, en todo caso, generalizando los hechos limeños a escala-país. Algo de eso ha sucedido cuando se dice que las últimas marchas de jóvenes contra la Ley Pulpín son la primera expresión masiva del descontento desde el año 2000. Esta afirmación es completamente errada. 
La movilización que dio origen al “Baguazo”, por ejemplo, fue unánime en la Amazonia, desde Bagua hasta Pucallpa: fue un paro con bloqueos de carreteras que movilizaron a casi 10 mil indígenas durante más de tres meses, pero como no apareció en la televisión parece que no hubiera existido hasta el fatídico 5 de junio de 2009. Asimismo las marchas anti-Conga en Cajamarca fueron multitudinarias, movilizando desde caseríos lejanos hacia la capital del departamento a campesinos, campesinas así como ronderos y ronderas, que luego caminaron hacia Lima en la Gran Marcha del Agua de febrero del 2012, congregando a su paso por la costa a una masa de indignados que los respaldaron en cada pueblo. Pero como tampoco salió en los medios tradicionales pareciera que no hubiera existido. Los medios y los analistas invisibilizan procesos sociales y luego, ¡oh!, se sorprenden ante los resultados de cambios dramáticos en la política. 
Es falso que los jóvenes no hayan salido a las calles desde hace una década: últimamente lo hicieron contra la Repartija del 2013; contra la designación de Martha Chávez como presidente de la Subcomisión de Derechos Humanos del Congreso ese mismo año; por la Unión Civil para parejas del mismo sexo y en el año 2011 no olvidemos la gran movilización con un altísimo componente de jóvenes denominada “Fujimori nunca más” que no solo se dio en Lima sino paralelamente en Arequipa, Piura, Chiclayo y otras ciudades del Perú. Son hitos que han venido entretejiendo un sentir ciudadano y una manera de preservar la democracia: ejerciendo presión en las calles por los derechos o ante la amenaza grave de un gobierno con los mismos sátrapas de décadas anteriores. 
Todos sabemos que los derechos son productos de duras conquistas y “okupar las calles / tomar las calles” ha sido la forma, desde las revueltas campesinas de la baja edad media en Flandes, en que el pueblo llano ha sabido quebrar en el aire la mano del Estado opresor, sea este monárquico o “democrático”. En todo el orbe. Desde Tiananmen hasta “Ocuppy Wall Street” son las plazas y las calles los espacios donde se baten cuerpo a cuerpo protestantes y represores.
Hoy, en nuestro país, la juventud con su ímpetu y su organización horizontal está proponiendo una cuarta marcha en menos de un mes. Jorge Rodríguez, del Foro Juvenil de Izquierda, uno de los voceros de las marchas contra la Ley Pulpín, ha declarado el domingo en La República algo que me parece fundamental como análisis de un cambio en la sensibilidad de los jóvenes frente al statu quo: “en estas marchas ha aflorado la necesidad de cuestionar radicalmente el modelo económico”. Por eso, columnistas de opinión, les sugiero un par de vueltas por la realidad para que no les sorprenda un reposicionamiento político en este Año de la (terca) Cabra.

Marchas adelante y marchas atrás
CLAUDIA CISNEROS
Martes, 30 de diciembre de 2014

Ahora que sabemos que el Régimen Laboral de los Jóvenes, RLJ, era perfectible, y que va a ser perfeccionado por la vía de su reglamento, se puede extraer algunas conclusiones políticas. Este desenlace es tentativo, y no significa que los problemas en torno al tema hayan terminado. Sin embargo, las grandes líneas de lo sucedido ya están a la vista.
La figura más mellada por la marcha atrás es el ministro de Economía, quien aceptó encarnar y defendió el RLJ en toda su extensión. Pero a la hora de empezar las rectificaciones, el elegido para representarlas ha sido el ministro de Trabajo, quien incluso ha anunciado un cambio concreto, el acceso juvenil al reparto de utilidades.
En lo anterior hay una parábola sobre las relaciones entre el tecnócrata recién llegado y el político del cogollo humalista. El primero terminó representando a algunos gremios empresariales, y el segundo apareció en TV representando a todo el gobierno. Fredy Otárola ha salido a expresar las dudas de Ollanta Humala en todo el tema.
Un detalle a tomar en cuenta es que los discretos reparos al RLJ expresados por un puñado disperso de parlamentarios oficialistas no fueron formalmente asumidos como parte de la posición del gobierno. Hubiera sido una concesión a los vientos de disidencia que soplan en el Congreso, y hubiera complicado las cosas dentro de un Ejecutivo dividido en el tema.
Para Alonso Segura, del MEF, la nueva situación es incómoda. No solo porque la presencia de Otárola lo descoloca, sino además porque el criterio de las rectificaciones probablemente será más político que tecnocrático. Un curso que le puede quitar buena parte de su sentido al dispositivo y afectar otros proyectos del MEF.
No hay cómo saber si la marcha de ayer lunes se produjo porque el anuncio ministerial de cambios en el RLJ fue hecho recién el domingo por la noche o porque la agenda de esos jóvenes no es tan fácil de desactivar. Además el Ejecutivo no ha planteado su retroceso como el inicio de una negociación, sino como una concesión mecánica a las presiones.
Las marchas han sido eficaces para expresar una protesta. Pero le está faltando algún tipo de articulación para poder participar en los cambios. Una dinámica de sucesivas marchas seguidas de otros tantos retrocesos llevaría la cosa hasta las calendas griegas, y se abriría a desenlaces imprevistos para ambos lados del pulseo.
Como las marchas juveniles parecen estar funcionando camino del nuevo año, es probable que veamos más de ellas, no solo por el RLJ, sino para un abanico variado de reclamos. Lo cual va a frenar el impulso legislador del Ejecutivo

Redes a calles: La nueva voz del pueblo
Domingo, 04 de enero de 2015 | 4:30 am
 “(Internet) crea las condiciones para una forma de práctica compartida que permite a un movimiento sin líderes sobrevivir, deliberar, coordinar y expandirse (…) en la larga marcha por el cambio social que se necesita para superar la dominación institucionalizada”.
-Manuel Castells
Lima y el Perú van por su cuarto movimiento ciudadano de redes a calles. #TomaLaCalle en contra de la Repartija (http://goo.gl/i4h1Pq) en el Congreso fue el primero. Luego, la defenestración de la presidencia de la subcomisión de DDHH de la fujimorista Martha Chávez (http://goo.gl/dQV3Et), conocida por avalar todo atropello de DDHH del fujimorato, antes y ahora.
El tercer antecedente fue la lucha para revertir el abuso de las AFP (contra los independientes). Todas movilizaciones que lograron sus objetivos a partir del sentimiento común y extendido de que la clase política no nos representa ni representa los intereses comunes.
El éxito social de incidencia en las políticas públicas de estas protestas ciudadanas de redes a calles es el de una nueva forma de redefinir, reconstituir, enderezar la precarización de la democracia a la que la mayoría de políticos hoy contribuye. En estos movimientos no hay líderes o jerarquías ni se necesitan. Se definen por su autonomía, por su autogestión y libertad y por su repudio a las instituciones “fachalizadas” de las democracias cada vez más fachada de países como el nuestro.
Estos movimientos no creen en quienes ocupan esas instituciones porque demuestran que solo las ocupan para gerenciar intereses particulares y partidarios. Son expresión del hartazgo de una forma de hacer política no solo a espaldas del pueblo sino a costas de él; burlándose de nosotros mientras ellos engordan sus apetitos y billeteras y prostituyendo los instrumentos de la democracia en ese afán.
Gente como los ministros de Economía y de Producción –respondiendo a intereses de élites financieras (http://goo.gl/XUdF2c)– son agresivamente usurpadores del poder que les dimos en detrimento de la comunidad. O como el ministro de Trabajo (http://goo.gl/o618px), pasivamente usurpador del poder prestado que él usa para mantener su particular estatus político y estabilidad laboral (já). No le importa ser ninguneado, arrollado por la combi Orión de la política en la que se han convertido Nadine-Ollanta y sus ministros-engranajes que funcionan a cuerda del poder fáctico económico.
Gente como el incalificable ministro jefe de la seguridad y orden de un país y que es un procesado por asesinato (http://goo.gl/BO4VOB y http://goo.gl/DUC2Be). Quizás justo por eso no debiera sorprender, aunque sí alarmar, que desde la primera movilización contra el írrito Régimen Laboral Juvenil haya hecho todo lo posible por criminalizar la protesta: primero pretendiendo cerrar la Plaza y pedir DNIs (http://goo.gl/XLCtdx) para marchar (algo inédito en la historia universal democrática).
Luego exigiendo que los estudiantes vayan sin mochila o sin pañuelos y vinagre con los que se tapan boca y nariz cuando la brutalidad policial arremete con ingentes gases lacrimógenos.
Pero más allá del constante absurdo (que parece su segundo nombre) la denuncia “preventiva” a 20 jóvenes (http://goo.gl/nIYIqD) participantes de las 3 marchas contra la Ley Pulpín es una amenaza que ningún demócrata puede justificar o debe admitir (http://goo.gl/MxbjMs). Mientras en Perú este ministro-maroma intentaba culpar a jóvenes (que han marchado por miles pacíficamente en cada protesta a excepción de un puñado de violentos infiltrados) de cualquier daño o evento violento, en Bolivia un viejo amigo (¿y socio?) de la pareja presidencial en fuga anunciada, tramitaba cómodamente su asilo/refugio en quizás el único país de la región en el que la alerta Interpol no podía capturarlo. Hay que ser idiota para creer que esta información no se sabía en la cartera del gran cazador al que esta paloma empolla en la cabeza sin que la “vea”.

Así estamos en esta cada vez más devaluada democracia en la que con esmero trabaja Nadine y su imperceptible esposo. Y por eso, por los derechos, por dignidad y calidad de democracia es que se viene la siguiente marcha este 15 de enero a nivel nacional(http://goo.gl/Qhu8dt). Respondiendo a la nueva estrategia gubernamental de decir que los que marchan no representan a todos los afectados. Mientras, la puntería de ese electorado está en el Congreso donde solo cabe Sesión Extraordinaria y #DerogatoriaYA (http://goo.gl/OGUEHX). Nos vemos en las calles.

lunes, 5 de enero de 2015

LYNCH Y LOS JOVENES DESAFIANDO AL PODER

El reto de los jóvenes: desafiar al poder
05/01/2015.
·       Otra Mirada al Día


Por Nicolás Lynch
La rebelión juvenil en curso tiene un formidable reto por delante: hacer política. El resto de los movimientos sociales en el último cuarto de siglo, sea en dictadura o democracia, se han quedado en el camino. En los últimos años ni el movimiento anti-Conga ni el movimiento contra la repartija pudieron lograrlo. El sistema de domesticación puesto en práctica por el neoliberalismo ha podido más que cualquier grita callejera, pero hoy podría haber elementos nuevos que presagien algo distinto.
Los últimos movimientos importantes con influencia política, a fines de la década de 1980, colapsaron por esa mezcla perversa de hiperinflación, violencia terrorista e incapacidad de los actores políticos de la época de ponerse a la altura de las circunstancias. La convergencia de estas múltiples crisis le permitió a Fujimori, ya convertido en dictador, el trabajo de limpieza respectivo. No es casual por ello que restaurada la democracia, sin ruptura de fondo con el régimen autoritario, heredara entre otras características la aversión a la protesta social. Esta aversión se manifiesta en la creciente criminalización de la protesta que paradójicamente continúan gobiernos elegidos como los de Toledo, García y Humala.
Este tipo de régimen democrático tiene que ver con el modelo neoliberal en funciones. Como es un modelo que reparte entre unos cuantos la democracia debe ser limitada, de lo contrario tienen el temor de que podría estar amenazada. Los que protestan, por ello, son delincuentes y no ciudadanos para las instituciones actuales, debiendo ser reprimidos para que el orden funcione. El resultado es una democracia precaria que encuentra su fuerza y su limitación en el mismo punto: la exclusión de sectores importantes sino mayoritarios de la sociedad.
Pero lo que hemos tenido, estrictamente hablando, en los últimos años en el Perú han sido acciones colectivas y no movimientos sociales. Es decir, protestas episódicas,  principalmente de carácter medioambiental, pero sin permanencia en el tiempo por lo que no se han convertido en movimientos sociales que pudieran influenciar la política y eventualmente desafiar al poder. Sin embargo, a diferencia de momentos anteriores nos encontramos hoy en una coyuntura de crisis del modelo impuesto con el golpe fujimorista que se quiere aliviar exprimiendo al trabajo. En este proceso se busca afectar, entre otros, al sector juvenil sin tomar en cuenta que por su rango de edad expresa potencialmente a millones de ciudadanos y por la naturaleza de sus aspiraciones es altamente movilizable.
Esta diferencia nos permite pensar que se podría pasar de acciones colectivas a movimiento social, venciendo para empezar el reto de la permanencia. Ello permitiría la influencia política, que en este caso sería más como protesta (derogatoria de la norma) que como propuesta (modificatoria), ya que una nueva política de empleo juvenil, y más en un período electoral, implica una nueva política laboral propia de otro modelo económico, que este gobierno no parece capaz de afrontar en sus postrimerías.
Si esta influencia se llega a producir estamos a puertas de la acción política, una operación ciertamente más compleja y de una proyección mucho mayor que la simpatía eventual de algunos líderes. Ella supone la intervención política en partidos existentes o la creación de nuevos partidos políticos. (Aquí es importante recordar que partidos de otro tiempo, el Apra  de Haya de la Torre y el Partido Socialista de Mariátegui, surgieron de un movimiento juvenil). En cualquier caso se podría tratar, por el ímpetu de la protesta actual, de una acción política para producir una renovación de un alcance tal que supere al actual régimen de democracia limitada.
Pasar a la acción política, además, supone que la rebelión juvenil, active o reactive a otros movimientos para organizar una agenda de reivindicaciones que efectivamente desafíe al poder de turno y haga imposible su reproducción. Este potencial de desafío es el que está en juego. El sistema actual quiere conservarlo en una vitrina, mientras que los jóvenes pugnan por sacar su genio de la botella y, como ya lo han hecho en otros tiempos y lugares, construirse su propio futuro.
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MAS SOBRE PULPIN: LEVISTKY y CAMPODONICO

¿La Descaviarización de la Protesta?
STEVE LEVITSKY
La República. Domingo, 04 de enero de 2015 | 4:30 am
Las olas de protesta pueden transformar a la política. En Venezuela, las movilizaciones iniciadas por el caracazo (1989) tumbaron al sistema puntofijista.  En Brasil, las protestas que hicieron caer a Fernando Collor inauguraron un periodo de gobierno más responsable y efectivo.   En Argentina, la movilización de 2001-2002 puso fin a la época menemista.  En Bolivia, las guerras del agua y del gas llevaron a Evo Morales a la presidencia, y en Chile, la protesta estudiantil de 2011 provocó un importante giro hacia la izquierda.
El Perú no ha experimentado una ola de protesta significativa desde hace una generación.  La crisis de los 80 desmovilizó a Lima. Los sectores populares –y ahora la nueva clase media– se despolitizaron.  Y como consecuencia, los movimientos de protesta se redujeron a un puñado de trabajadores movilizados por el CGTP, algunos militantes de izquierda, y mis amigos caviares.  
La despolitización de los sectores populares urbanos permitió la consolidación de un modelo económico ultra-ortodoxo y el surgimiento de una forma de gobernar ultra-tecnocrático.
¿Cambia este escenario con las protestas anti-‘Ley Pulpín’?  ¿Se viene una repolitización de los sectores populares limeños?
Las olas de protesta son casi siempre imprevisibles. Pero la repolitización de los sectores populares limeños enfrenta dos problemas: uno de voluntad y otra de capacidad.  En cuanto a la voluntad, aunque el sueño derechista de sectores populares convertidos en liberales no se ha realizado (según las encuestas, los peruanos no son más liberales que los bolivianos, brasileños o venezolanos), sus intereses ya no se alinean fácilmente con los grupos contestatarios tradicionales.  Como observa el politólogo Andy Baker, el comportamiento político del ciudadano común se basa tanto en su condición de consumidor como en la de trabajador.  Como consumidores, los sectores populares limeños experimentaron enormes avances en los últimos años: estabilidad de precios, acceso a más y mejores productos, y un gran aumento en sus ingresos.  Su capacidad de compra subió vertiginosamente.  Eso no los transformó en PPKausas, pero sí les dio algo que perder.  Por eso, aunque no estén muy contentos con el statu quo, muchos son reacios a participar en movimientos de protesta que –según temen– podrían amenazarlo.
El amplio rechazo a la “Ley Pulpín” muestra que los limeños no solo piensan como consumidores.  Los derechos laborales también les importan. Y muchos simpatizaron con las protestas del fin de año.  
Pero la repolitización de los sectores populares limeños también enfrenta un problema de acción colectiva.   Participar en un movimiento social requiere sacrificios que muchos ciudadanos no están dispuestos a hacer, sobre todo si dudan de la participación de los demás.    
La movilización popular es más fácil donde ya existen fuertes identidades y organizaciones colectivas (partidos, sindicatos, comunidades indígenas o religiosas). La movilización boliviana se basó en sindicatos, organizaciones cocaleras, y grupos indígenas.  En Lima, este nivel de organización existía hace 40 años (CGTP, partidos de izquierda, iglesia progresista), pero no hoy (la identidad partidaria más fuerte en el sector popular limeño hoy es el fujimorismo).  Sin organizaciones o identidades fuertes, los movimientos sociales son difíciles de construir.
Pero también hay condiciones que favorecen a la protesta.  Una es la ausencia de alternativas electorales.   Según una investigación de Andrei Roman, un estudiante de doctorado en Harvard, las protestas masivas surgen cuando los partidos dominantes se convergen y las alternativas electorales parecen desaparecer. En Venezuela, por ejemplo, mucha gente optó por la protesta en 1989 porque, ante la crisis económica, la convergencia entre AD y COPEI los dejó sin alternativas electorales.  Ocurrió algo parecido en Bolivia, donde dos partidos de origen izquierdista, el MNR y el MIR, se adhirieron al modelo neoliberal.  En Argentina, la derechización de la Alianza contribuyó a la protesta que derrocó a De la Rúa, y en Chile, muchos estudiantes salieron a las calles en 2011 porque percibían  que los partidos de la Concertación –en su moderación– habían dejado de representarlos.
El electorado peruano tuvo claras alternativas en 2006 y 2011: candidatos serios representaban la izquierda (Humala), el centro (Paniagua, Toledo), y la derecha (Flores, PPK).  Pero los principales candidatos para 2016 se convergen en la derecha.  Ninguno inquieta al Grupo Comercio.  Los votantes radicales y paniaguistas –que llevaron a Humala a la presidencia en 2011– quedan como huérfanos, sin opciones electorales.  Todo puede cambiar, pero si no surge ni un candidato mal visto por el Grupo Comercio, habría terreno más fértil para la protesta.
En Lima hay bastante aversión a la protesta.  Se asocia con la violencia y el caos económico.  Pero la protesta es plenamente compatible con la democracia y el crecimiento económico.  Todas las democracias más ricas y exitosas (Alemania, Estados Unidos, Francia, Reino Unido) han pasado por olas de protesta. 
De hecho, la democracia sufre cuando los ciudadanos no se movilizan. Donde las instituciones democráticas son débiles, la protesta ciudadana puede funcionar como mecanismo para la rendición de cuentas.  Si los poderes legislativos y judiciales no los vigilan, los gobiernos se comportan mal.  No cumplen con sus programas.  No consultan. Y muchas veces, cometen abusos.  En un contexto así, la protesta es una de las pocas herramientas que tienen los ciudadanos para controlar al gobierno.
Los que más necesitan la protesta son los menos privilegiados.  El Estado responde más a los que tienen poder económico.  Cecilia Blume no tiene que salir a la calle (basta con un correo electrónico).  De hecho, las instituciones estatales que tratan con los grandes empresarios (MEF, BCR) funcionan mejor que las agencias que ofrecen servicios a la gente más vulnerable (MINSA, Educación). Como demuestra Eduardo Dargent, cuando el pobre rendimiento del Estado genera serios costos económicos (por ejemplo, cuando afecta la inversión o el crédito internacional), los gobiernos buscan mejorar su calidad. Cuando la baja calidad de los servicios públicos solo afecta a los pobres, hay menos incentivo para mejorarla.  En estos casos, la protesta –y los costos políticos que genera– pueden incentivar a los gobiernos no responsivos.
La movilización ciudadana contribuye a construcción de un Estado más equilibrado: uno que responde a las demandas de todos –y no solo a los correos electrónicos de Cecilia Blume.

Más pulpa para Pulpín
HUMBERTO CAMPODONICO
La República. Lunes, 05 de enero de 2015 | 4:30 am
Si bien hay elementos de fondo que indican de manera documentada y solvente que los problemas de la llamada “informalidad” tienen su raíz en la escasa base productiva y no en los llamados “sobrecostos laborales”, es también importante conocer la base estadística de los planteamientos que sustentan la Ley 30288, Ley Pulpín.
Al analizar la Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza (ENAHO 2013) que publica el INEI (1), nos encontramos con el hecho siguiente: la mayor tasa de informalidad en el empleo de los jóvenes está en aquellos que están trabajando en las MYPES, o sea en las empresas que tienen de 2 a 10 trabajadores. Por tanto, la nueva ley debería ir dirigida a ellos.
Pero no es eso lo que sucede pues, en los hechos –y más allá de las supuestas buenas intenciones de Produce y al MEF–, lo que hace la ley es beneficiar más a las grandes empresas, aquellas que tienen 100 o más trabajadores. Veamos.
En el Perú los jóvenes de 18 a 24 años que son asalariados, públicos o privados, llegaron en el 2013 a 1.4 millones de personas. Si excluimos a aquellos que no están afiliados a alguna AFP o a la ONP (ergo, no tienen contrato formal), la cifra se reduce a 908,000 jóvenes. Estos son los que debieran beneficiarse de la Ley Pulpín.
De estos 908,000 jóvenes, hay 616,000 sin contrato y que están trabajando en las empresas de 2 a 10 trabajadores (las MYPES), o sea el 68% del total. ¿ A ellos les llega la Ley Pulpín? No. Ellos se rigen por la Ley de la Microempresa, que solo considera un 7% de “costos adicionales” al salario.
Como se sabe, la Ley Pulpín considera “sobrecostos” del 13.9%, ya que se eliminan las gratificaciones, la CTS y 15 días de vacaciones. Lo que esto quiere decir es que a la MYPE no le conviene la “Ley Pulpín” porque con el régimen MYPE paga mucho menos.
Sigamos. En las empresas de 11 a 100 trabajadores, la ENAHO nos dice que hay 204,000 jóvenes, el 22.5% del total de los que no tienen contrato. Y en las empresas de 100 a más trabajadores, suman 88,000 jóvenes los jóvenes que no tienen contrato, el 9.7% del total.
En estos dos casos, la Ley Pulpín sí es más atractiva para el empleador. Pero vamos por partes. En el caso de las empresas de 11 a 100 trabajadores rige otra ley, llamada la Ley de la Pequeña Empresa y aquí los derechos de los trabajadores (no hay que llamarlos “sobrecostos”), equivalen al 27% del salario, más o menos el doble de la Ley Pulpín (13.9%).
Para las empresas de 100 a más trabajadores, lo que rige es el Régimen General y aquí los derechos equivalen al 53% del salario. Aquí sí existe una ganancia grande del empresario, pues dejaría de pagar cerca del 40% (53-13.9).
No solo eso: las empresas de 100 y más trabajadores emplean un total de 304,000 jóvenes, de los cuales 216,000 tienen contrato (y tienen todos sus derechos) y, como ya vimos, 88,000 jóvenes no tienen contrato y  son informales.
En este caso, la informalidad debería tender a cero, si es que hubiera una efectiva fiscalización laboral, lo que le corresponde a la Sunafil. Pero es aquí donde hay problemas y se sabe que sus inspectores se van a la huelga por incumplimiento del convenio colectivo de las autoridades de trabajo. Así estamos.
Agreguemos que las empresas de 100 y más trabajadores, de un lado, son las que más se han beneficiado de esta década de crecimiento y, de otro, las que ahora se van a beneficiar de la reducción del 30 a 28% de la tasa del impuesto a la renta.
Otrosí: si bien se habla mucho de los “sobrecostos”, lo que no se menciona es que el salario mínimo en el Perú es de US$ 252 mensuales, uno de los más bajos de América Latina. En Colombia, Brasil, Chile y Ecuador es de US$ 271, 301, 371 y 354, respectivamente (datos de los Ministerios de Trabajo de esos países).
Lo que todo esto quiere decir es que en el Perú la legislación laboral está retaceada a gusto del empleador. A todas las diferentes leyes que hemos mencionado, falta la de los trabajadores del campo, que también retacea sus derechos.
La conclusión simple de estos datos es que el 68% de los jóvenes sin contrato que están en las MYPES, nada tienen que ver con la Ley Pulpín, pues la legislación de las MYPE es más beneficiosa para los empleadores. Y, también, que la Ley MYPE, que ya tiene varios años de vigencia, no ha logrado su objetivo “formalizador”, pues el 68% de los jóvenes que allí se emplea sigue sin contrato.
Por tanto, la salida de la informalidad no puede venir por los recortes de los derechos sino por el impulso a la mejora de la productividad (pero no la mejora espuria de reducción de ingresos) sino de nuevas oportunidades de inversión y de empleos, lo que implica abrirse a nuevos sectores productivos. Es lo que se llama diversificación. Pero no se oye, padre, porque estamos ante otra de las grietas del modelo: no produce trabajo digno.

(1) La encuesta llega a 31,190 viviendas y es la base estadística más confiable y técnicamente solvente. Verla en http://www.inei.gob.pe/bases-de-datos/

sábado, 3 de enero de 2015

LA METÁFORA DEL BARRIL Y LAS MANZANAS

En su columna que publica hoy dia LA REPUBLICA, "Politica y Partidos" de Eduardo Dargent, se difunde un articulo titulado EL BARRIL Y LAS MANZANAS, en alusión a un ensayo sobre la corrupción que aparece en el reciente libro de Mario Montalbetti (Cualquier hombre es una isla, FCE 2014) dónde utilizando una metáfora se hace de un instrumento potencial para desarrollar el sentido común contrahegemónico:

Según refiere Dargent, Montalbeti dice que en el país solemos ver la corrupción como un barril de manzanas, donde algunas están podridas. Así, "si extraemos las manzanas podridas es posible restablecer lo que juzgamos es el orden natural del barril: un conjunto de manzanas rojas, saludables, nutritivas". Pero nos engañamos con esta imagen: "Comienzo a sospechar que no son las manzanas, sino que es el barril lo que esta podrido".

Desde mi lectura, esta imagen es un extraordinario instrumento racional de un nuevo sentido común para entender la problemática social de estos tiempos. Corrupción, inseguridad, violencia, desigualdad social, autoritarismo, etc son productos del nuevo orden social instituido. problemas que cada vez son mas grandes que es imposible negarlos, por el contrario viven de ellos. Es un orden social que impone reglas de comportamiento humano que terminan reproduciendo el nuevo orden. Bourdiou le llamo "campo". Construcción cultural donde se estructuran pensamientos, conceptos, normatividades, instituciones, agentes y organizaciones. Esto vendría a ser el barril que alude Montalbetti. El gran barril. Por que habría que reconocer la existencia de varios barriles o barriles particulares.El barril de la economía. El barril del estado. El barril de la sociedad civil. Y el barril territorial o medio ambiental.

Las manzanas aluden a los agentes. Pero hay agentes y agentes. Los podridos y los sanos. Pero los podridos no dejan de ser podridos. El asunto que los podridos pueden reestablecerse dependiendo del barril que sea sano y no tan podrido. Tendríamos que hablar de barriles sanos. ¿En su esencia el neoliberalismo es un barril sano?.

jueves, 1 de enero de 2015

LA REGION LAMBAYEQUE EN EL 2014

En lo económico, el 2014 marca el inicio del nuevo modelo del nuevo capitalismo extractivista neoliberal en la región. Este nuevo modelo anclado al desarrollo del proyecto de irrigación Olmos y cuyo ultimo tramo quedó inaugurado en el año que ha concluido al transvasarse las aguas de la cordillera andina a la costa norteña. Este proyecto que en sus orígenes estuvo pensado en sostener una pequeña agricultura moderna hace ya un siglo, ha terminado por revertirse en un proyecto que termina beneficiando a una decena de grandes propietarios vinculados a una agricultura de exportación. Solo la empresa Gloria, se ha beneficiado con la mitad del área irrigable por el proyecto y esta pensada en la producción de combustible de etanol a partir de la siembra de caña de azúcar. Proyecto hecho realidad en base a inversión del Estado. Este proyecto va a tener un impacto significativo en la región en términos rearticulando el espacio socio-económico y ambiental. Paralelo a ello, el modelo que se venia sosteniendo el agro-exportador a partir de la industria azucarera definitivamente languidece en medio de una crisis crónica abatida y desangrada por la imposición de una vía de desarrollo neoliberal que no necesariamente es gran privatizadora  por una pequeña privatización sostenida en el accionariado difundido en sus trabajadores. 

En lo político, a nivel del Estado el 2014 también permitió visibilizar el nuevo orden. Por un lado el sector público regulado "en piloto automático" por el fuerte poder instituido por el Ministerio de Economía y Finanzas, ingresó a la última etapa de sus reformas: la administrativa del recurso humano. En educación es evidente el golpe que esta reforma ha producido en la fragmentación y desindicalización a nivel del sutep. En salud   se produjo una mayor resistencia de pare de los trabajadores y profesionales a las nuevas estrategias de privatización vía la política de asociación publico-privado. En el plano del espacio democrático, el año que culmina pudo mostrar la fragmentación y la debilitación de la acción política partidaria. La mercantilización del espacio político democrático del gobierno local y regional llego a sus extremos con la casi desaparición de los partidos políticos que se sustentan en principios y valores democráticos y la afirmación de los partidos políticos empresas que se sustentan en los negocios formales o informales. Tal es el caso de APP de los Acuña. A este nivel también el 2014 mostró los términos de la corrupción que se ha venido estructurando y que afecta desde la ilegalidad y la informalidad articulando a los gobiernos municipales, la policía y el poder judicial.

En lo social, el 2014 también puso de manifiesto al igual que las otras regiones del norte del Perú la eclosión de un problema acumulado mostrando los niveles de su  agravamiento como es el caso de la delincuencia alcanzando niveles de organización nunca antes vista. Organización enrraizada en los nuevos poderes del espacio regional: judicial y  policial. Tal fue el caso paradigmático de al banda del viejo Paco. A nivel del sector publico lo acontecido con la banda de las manos limpias en el municipio provincial de Chiclayo. Las elecciones municipales también mostraron el dispendio de recursos utilizados para sostener las campañas electorales y que desarrollan el sentido común de la presencia de fuentes económicas ilegales. Tras las historias de este fenómeno aparecen en clarooscuro el tema de la desigualdad social.