sábado, 8 de agosto de 2015

UNPRG CRISIS DE GOBERNABILIDAD Y EROSIÓN DE SU TEJIDO SOCIAL

La crisis de gobernabilidad que envuelve  a  la UNPRG, ha venido encubándose en estos últimos 15 años alcanzado su máxima expresión en los últimos años como resultado de la nueva ley universitaria y los actos extremos de liberalidad en la que han incurrido sus autoridades en una exageración condescendiente del ejercicio de su autonomía.   En la base de esta crisis se encuentran la forma como se disponen los   llamados recursos directamente recaudados. 

En la opinión publica del departamento de Lambayeque, hay una expectativa creciente sobre los posibles efectos y consecuencias negativas que esta crisis de gobernabilidad estaría produciendo y que  los medios de comunicación no se cansan de resaltar. 

Hasta el momento, manejo la hipótesis de que no es mucho el efecto o impacto negativo en la institucionalidad universitaria a pesar de reconocer la gravedad de su gobernabilidad. Es una crisis que no paraliza ni menos inmoviliza. Es una crisis que no mata a la universidad como la que tuvimos en la década del 80 donde de ocho mil estudiantes se cayó a una matricula de dos mil quinientos deja andola agonizante y que se pudo restablecer a partir de una respuesta institucionalizada,  masiva, movilizadora y participativa.

La universidad de hoy es muy diferente. Es una universidad muy pasiva, indiferente y altamente fragmentada. Funciona en piloto automático en lo económico y administrativo. No se necesita de autoridades. Es suficiente con el manejo que realiza el Ministerio de Economía. Lo que se ha reventado es el tejido social que era muy tupido y hoy esta fragmentado sin capacidad de movilización institucional. Esto es lo que hace que una crisis no se sienta ni active respuestas de naturaleza institucional capaces de revertirla. La vida se desenvuelve como si estuviéramos en una situación normal. 

Sin embargo hay algunas señales que se viene poniendo de manifiesto y que si llaman a preocupación. 

Dos amigos colegas universitarios duchos en la cultura de la conversa en café se preguntaban sobre que debe hacerse para darle centralidad a lo académico y no a la "maldición del crecimiento económico vía la actividad  mercantil de los llamados proyectos productivos". Y tuvimos dificultad para elaborar una respuestas de meridiana claridad sin dejar de señalar a lo ético y a lo moral como condición sine quanon para empezar a caminar por una senda alternativa 

Otro amigo docente de las ciencias duras, mientras nos encaminábamos a nuestras facultades respectivas, con mucha indignación comentaba la expansión del "mercantilismo académico" puesta de manifiesta en el fin y cierre de ciclo. Profesores que desaprueban masivamente en los cursos y utilizando intermediarios "negocian" la aprobación de los mismos. 

Y finalmente otros que con mucha libertad justifican su "mercantilismo académico", en términos de incentivo a la capacidad creativa de crecimiento de programas y proyectos que multiplican el crecimiento económico así como a la capacidad de "realizar trabajos académicos" y cobrar por los mismos en el caso de las tesis.  

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