martes, 8 de abril de 2014

AVANCES DEL CEPLAN

EDITORIAL: La República

Avances del CEPLAN


El Estado y la recuperación del tiempo perdido

La reciente publicación de la Directiva General del Proceso de Planeamiento Estratégico cierra un ciclo iniciado el 2005 con la creación del Centro de Planeamiento Estratégico (Ceplan) mediante la Ley N° 28522. Esta directiva regula el Sistema Nacional de Planificación Estratégica desde los ministerios, gobiernos regionales, municipios y el resto de entidades públicas que a partir de ahora cuentan con una metodología vinculante para elaborar sus planes estratégicos.
Habría que recordar que uno de los efectos del golpe de Estado del 5 de abril de 1992 fue la liquidación del Instituto Nacional de Planificación (INP) y la absorción de la mayoría de sus funciones por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). El escueto contenido del Decreto Ley N° 25548 de junio de ese año escondía los objetivos de liquidación, es decir, la imposición de un modelo de desarrollo nacional desregulado, la desinstitucionalización del Estado y un libre mercado salvaje. Otros países reconvirtieron en esos años sus ministerios y órganos de planificación para convertirlos en instrumentos para la mejora de la equidad y la descentralización, con los resultados conocidos. En nuestro caso, los Programas Multianuales del MEF ejecutan desde hace 20 años un modelo de establecimiento de objetivos nacionales fragmentados y focalizados que han ocasionado en gran medida la dispersión de políticas, metas e indicadores.
La creación del Ceplan en el 2005 no fue suficiente. El proceso de implementación fue congelado tres años hasta la dación del Dec. Leg. N° 1088 de junio de 2008, algunos de cuyos artículos restaron funciones del organismo. En este nuevo momento, el país cuenta con un órgano rector, el Ceplan y un Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico adscrito a la Presidencia del Consejo de Ministros.
Estamos aún en los inicios de la autonomía institucional del proceso de planificación en el Perú recuperando dos décadas perdidas. Los últimos 12 años de expansión del Estado e incremento de la inversión pública han sido también de reforma de la gestión pública, jalonada por la creación de las regiones y el traslado de funciones y competencias. De hecho, hemos asistido a la re-creación del Estado por dentro, estableciendo nuevos niveles de gobierno, instancias de deliberación y decisión, y nuevos órganos de ejecución, en un proceso que como común denominador ha tenido hasta ahora una notable debilidad de instrumentos planificadores. Los planes de desarrollo regional han pretendido resolver esta precariedad, pero es urgente transitar hacia una etapa que garantice mejores procesos de planeamiento estratégico y un mejor desempeño de los operadores públicos en base al acceso de la información para ejercer oportuna y adecuadamente las acciones seguimiento y evaluación.
El camino es largo; en este momento no están vigentes normas de primer orden que garanticen el papel del Ceplan como ente rector de la planificación estratégica en el país. No obstante, la reciente directiva pretende articular del modo más vinculante posible los planes de los organismos del Estado al Plan Estratégico de Desarrollo Nacional en una visión integral, de esas que ahora con cierta angustia se reclama en la seguridad ciudadana, la formalización de las actividades económicas, la defensa del medio ambiente, el seguimiento de los indicadores de los Objetivos del Milenio, la lucha contra la corrupción, entre otros temas de la agenda pública. 

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