viernes, 21 de junio de 2013

EL DEBATE DE LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA

Acabo de escuchar al rector de la Universidad Mayor de San Marcos por radio y luego se le pudo apreciar encabezando una masiva movilización de universitarios, señalar la cuestión central de la protesta: con la nueva ley universitaria en proceso de aprobación en el congreso se viola la autonomía universitaria. En especial con la creación de la Superintendencia con atribuciones de supervisión, fiscalización, control , regulación y hasta prescriptiva de la universidad y dependiente directamente del Ministerio de Educación. 

Supuestamente deesaparecería la autonomía universitaria y se interpretaría como retroceso histórico: regresar a 1912 antes del grito de Córdova. El mensaje es claro y se identifica la autonomia con cero regulación por los gobiernos y menos intervención. Autoregulación y  autocontrol.

El tema divide y no es tan fácil incluso para los liberales extremos. La autonomía se parece al libre mercado educativo. Libertad de empresa. Regula el mercado. Por eso creen en concentrarse más en un ranking y que los padres de familia escojan y condenen. Sin embargo no ocultan en su delirio y extremismo ideológico de señalar que salvo la universidad empresa y con fines de lucro el resto es ilusión. Que se controlen las universidades públicas. Pero a las privadas ni "como a un pétalo de una rosa". Hay otros liberales que reconocen que el mercado educativo es débil e incapaz de regular por lo que apuestan por la regulación del Estado pero regulación en términos de cerrar a las universidades que no sirvan o sean útiles pero siempre y cuando éstas sean públicas. 

El concepto de autonomía universitaria contextualizada en la universidad real se ha terminado por convertir en un concepto polisémico. Tiene diferentes significados depende de que Universidad lo sustente. Hoy no hay un solo modelo de universidad. Se ha diversificado. Y aqui radica hoy su debilidad. No es sostenible en los tiempos presentes.

Si bien es cierto la autonomía es una virtud fundamental en el espíritu de la academia y la ciencia,  los tiempos de hoy nos presentan una realidad mucho más sistémica, mucho mas interdependiente que exigen la necesidad de como vincular el fundamento autónomo con el fundamento de la interdependencia. No se puede pensar a una universidad desligada de los referentes contextuales. Pero también es cierto que el contexto que han enfrentado las universidades sobre todo y en especial la universidad fundante como es la pública, ha generado  desconfianzas por que desde que se reivindicó la autonomía se tuvo como enemigo al Estado mismo. Estado que ha ido abandonándola a su suerte afectándola principalmente en el fundamento de su funcionamiento: el financiero-económico. 

Desde el lado de las universidades públicas la situación real de las mismas también están llevando a balcanizar el concepto de autonomía. La autonomia de la universidad pública oficial y que expresan las autoridades es diferente de la autonomía de los docentes, de los estudiantes y de los trabajadores adminsitrativos. Todos defienden y defendemos la autonomía pero procesan definiciones diferentes cuando nos enfocamos al tema político que no es más que al tema del poder interno en la universidad. De allí las diferentes respuestas y propuestas. 
  

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